A Joaquín y Vilma
I.
Viviéndonos en la madrugada,
desde la pendiente
de la ofrenda blanca
que nos retira del triste tiempo.
II.
Sonidos de locura y luz,
Schumann con nosotros.
Mientras Clara, desde el balcón, canta su himno de inocencia
tan tenue y pálida
allí
donde la eterna noche es infancia eterna.