Mis pies cansados,
polvorientos
avanzan aún bajo el pórtico
de los templos,
mendigan su comida
soy como el invierno,
criatura que avanza
empujada apenas
por el viento
que atraviesa los ríos
como atravieso
la tristeza del crepúsculo
camino
camino sin perder
de vista
la punta del ala
de la nube.