EL ROCK NO ES IDEOLOGÍA

Lo que es difícil de entender es que gente que se ha nutrido de información totalmente contestataria y enfrentada con el sistema vaya hoy a pedir la bendición del sistema. Esa es una actitud que ahora suele verse entre los músicos, la de ir a pedir la aceptación, la de ir a buscar la recompensa. Hay circuitos que son inconmovibles y no hay que recurrir a ellos.

Lo mismo sucede con esa especie de defensa desesperada del "rock nacional". Tal cosa no existe. La cultura del rock es universalista y no localista, porque habla de cosas que le pasan a la especie. En el rock existía la voracidad cultural y se incorporaban filosofías o búsquedas de todas partes del mundo, incluyendo Oriente. Además el rock nunca fue música de nativos sino de inmigrantes. Nace con los negros en EE.UU. Hablar de un rock nacional es casi un disparate.

Tenemos que diferenciar bien aquello del rock contestatario, (por donde se desplazaba una serie de informaciones que el sistema tenía encubiertas o negadas) del rock "business" que tiene que ver más con decisiones personales o jubilaciones personales de algunos músicos pero que no puede involucrar al rock en su totalidad. El que conoce la diferencia va a preferir vivir marginado y no vender bocaditos Cabsha.

Existe una especie de tacto existencial que te permite registrar la verdad o falsedad de las cosas, no es algo intelectual, es más bien intuitivo. Ese tacto registra una impresión muy desagradable cuando alguien pregunta cómo anduvo el recital y le contestan: "Muy bien, metieron dos mil personas". No contestan fue un magnífico recital, hubo mucha emoción, fue una fiesta. Contestar con cantidad de personas parece como contar dinero.

 

EL CABALLO DE LA EVOLUCIÓN

Normalmente las formas humanas están rigidizadas, acorazadas. Al calor de las emociones se pueden poner nuevamente plásticas y son posibles de remodelar. Los encuentros de rock tienden a producir ese calor emocional pero èsto es azaroso. Nosotros estamos suscriptos a ese espíritu del rock pero no adherimos a ningún tipo de ideología. Ese espíritu surgido en tres generaciones de serres humanos manifiesta un descontento hacia la cultura, hacia las ciudades en que se vive, a las costumbres, y la música fue la expresión de ese descontento. Ese espíritu no se puede traducir con ningún dogma ni se puede incorporar con ninguna ideología que tienden a justificar los medios para alcanzar los fines y que funciona hacia un "después". Para nosotros cada medio es un fin en sí mismo y el tiempo es siempre el "ahora, y". Se termina confiando más que en las ideas, en esa necesidad de relación que hay en las células, en los nervios.

Uno trata de subirse al caballo de la evolución y trata de salir a dar unas vueltas. Pero luego no dictamina cómo debe ser el paso del caballo, que el trote debe ser al estilo holandés del siglo XV, ni obliga a los demás trabajos a marchar con ese paso. Nosotros no somos un grupo de protesta porque el músico de protesta necesita los medios de comunicación para que su mensaje se conozca y resulta que esos medios están sustentados en ese mismo sistema que se combate. A los medios les interesa los fenómenos que crecen dramáticamente: El sistema tiene planes para cada persona, para cada cosa, para cada pensamiento. No le pide permiso a las cosas, las relaciona. Deja que el grabador copule con la caja de fósforos y de esa manera se genera una realidad avasallante en la cual el individuo se experimente como perdido en un mundo laberíntico.

No es de extrañar entonces que un joven reaccione violentamente en un recital de rock, (si además los medios de comunicación le informan que ese es el ámbito de la violencia) porque están reaccionando contra toda esa asfixia, toda esa coraza, toda esa mierda con la que hay que vivir todos los días.

Ni siquiera es ideología ésto que estamos diciendo porque no sabemos si mañana estaremos de acuerdo con lo que dijimos hoy.

Hablamos y afirmamos como preguntando para ver si alguien en alguna parte, se responde estas preguntas afirmando nuevos interrogantes.