NEHUEN (RECUERDOS DEL FUTURO)

Argentina, año 2010.

En esos días, Miguel cumplía treinta años. No había tenido la suerte de conocer a sus abuelos. Los maternos habían muerto antes de que él naciera. En el caso de los paternos, murieron cuando era muy chico.

Miguel hubiese querido saber más sobre sus abuelos. Indagó todo lo que pudo, pero solo logró encontrar una caja con unas cuantas fotos, el documento de uno de ellos, y unas cartas que su abuela le había escrito a su padre, cuando éste se encontraba trabajando fuera de la ciudad.

Su madre le había contado alguna vez, que sus abuelos no tenían ningún recuerdo de cuando eran niños, porque la inundación de 1959 les había llevado fotos, documentos, cartas y toda otra pertenencia que los ayudara a reconstruir su infancia.

-¡Yo no quiero que a mis nietos les pase lo mismo!- decía con frecuencia Miguel – voy a escribir mi propia historia, para que ellos puedan saber de mí. No es que sea egocéntrico-Agregaba-, pero quiero que puedan reconstruir su pasado familiar, que en definitiva, es su propio pasado-sentenciaba el hombre, con aire solemne.

 

Argentina, año 2051.

Milton no pudo conocer a su abuelo. Cuando él nació, Miguel había muerto hacía dos años, arrastrado por la corriente del río en una terrible creciente, que se produjo justo 90 años después de aquella, que había borrado el pasado de sus propios abuelos.

En los últimos 40 años, Miguel se había ocupado de escribir pacientemente su propia historia, obsesionado por aquella idea de dejarles el testimonio de su vida a los futuros nietos.

Pero aquella, no era la única obsesión del difunto abuelo, además tenía una terrible negación con respecto al uso de las nuevas tecnologías. Miguel, se había empeñado en escribir a mano.

En la ciudad, se aseguraba que sus textos eran los últimos manuscritos de toda la provincia, aunque al viejo le gustaba jactarse diciendo que eran los últimos del país.

La creciente del 2049, había sido prevista con mucha anticipación gracias a los adelantos técnicos y a las formas de comunicación de la época; pero Miguel, se obstinó en quedarse en su casa pese a la insistencia de las Autoridades de Defensa Civil de trasladarlo a otro lugar.

Por aquel entonces, el hombre vivía en la misma casa que habían habitado sus abuelos en 1959, la única que quedaba del otro lado del muro de contención que desde hacía 40 años protegía por completo a la ciudad.

Un borracho que había visto cuando el agua arrastraba al septuagenario, aseguraba que en una de sus manos, llevaba sostenidos los ya famosos manuscritos.

Demás está decir, que a mediados del siglo XXI, los textos podrían haberse digitalizado con alguna de las tantas tecnologías existentes, e incluso se podría haber logrado una copia exacta de los originales, pero Miguel se había negado.

Quiero que conozcan estos apuntes, los que escribí con mis propias manos y no una copia hecha por una máquina!- había dicho un tiempo antes de morir.

 

Estados Unidos de Latinoamérica. Año 2125.

Nehuen, es un adolescente de 14 años, pertenece a las primeras generaciones de niños nacidos en esta nueva gran República que llamamos Estados Unidos de Latinoamérica.

La escuela, tal cual se conocía hasta mediados del siglo XXI ya no existe, pero los jóvenes de hoy tienen otras formas de socialización, algo parecido a lo que hace siglos eran los clubes.

Allí practican deportes, cumplen tareas comunitarias, juegan, realizan actividades artísticas, etc.

El aprendizaje de las ciencias sin embargo no se da metódicamente en los “clubes”, sino a través de una tableta ultra delgada, inventada por los chinos, y que se conoce popularmente como “Pantalla”.

Los avances del Socialismo del Siglo XXII -así se denomina la forma de organización socioeconómica y el modelo político vigente en los Estados Unidos de Latinoamérica - permiten que todos los jóvenes puedan acceder a su Pantalla, y a través de ella comunicarse con profesores, tutores y compañeros.

De esa forma aprenden, intercambiando información contenida en videos, textos y audios en todos los formatos imaginables. Este equivalente actual de la vieja escuela, se conoce simplemente con el nombre de “Red”.

La calidad y definición de las imágenes que han alcanzado las Pantallas actuales, era impensada a principios del siglo anterior; se manejan con la voz humana, sin necesidad de apretar ningún botón, incluso sin tener que recurrir al sistema táctil, que tan de moda estuvo hace más de medio siglo.

La generación de Pantallas que tiene Nehuen, una de las más modernas, es capaz de reconocer el pensamiento de la persona que se encuentra a menos de un metro del dispositivo, al instante comienza a mostrar todo tipo de hipervínculos que pueden ser controlados, solo con pensar en ellos.

Latinoamérica es la única región del mundo que no se encuentra dominada por el Imperio Chino, incluso, los viejos Estados Unidos de Norteamérica, son hoy una colonia del coloso oriental.

La unidad de los pueblos, los grados de justicia, equidad y desarrollo, logrados por el Socialismo del Siglo XXII, le permitieron a Latinoamérica mantenerse autónoma.

La conciencia ambiental, por su parte, convirtió a nuestra Patria Grande en el último reservorio de agua y alimentos del planeta.

A diferencia de los imperios anteriores, los chinos no pueden colonizarnos, explotarnos, saquearnos o depredarnos, por lo tanto deben limitarse a proveer a nuestro Estado de todos los adelantos tecnológicos necesarios, que son adquiridos a valores justos o canjeados por agua o alimentos.

Por estos días, Nehuen comparte con sus compañeros de Red la consigna de investigar sobre su pasado familiar, a partir de los testimonios digitales que se encuentran en la poderosísima memoria de su Pantalla.

El adolescente, comenzó a indagar en el pasado de su familia, rápidamente pudo reconstruir la historia de su abuelo Milton, gracias a la enorme cantidad de fotos, videos y otros testimonios que encontró almacenados en la memoria de su Pantalla.

Con solo pensar en su abuelo, el aparatito le mostraba más y más opciones vinculadas a él y entrando en ellas, Nehuen encontraba más y más datos.

El joven, continuó rastreando en su pantalla sin encontrar alguna cuestión familiar que le interesara demasiado, hasta que llegó a conocer la fantástica vida Miguel, el abuelo de Milton, es decir, su tatarabuelo.

La historia era alucinante, la obsesión de aquel ancestro por dejar testimonio de su vida, la tozudez de escribir en manuscrito, y la resistencia de mantenerse en la casa de sus abuelos aún al precio de que se lo lleve la inundación, le parecieron una epopeya difícil de igualar.

Más pensaba Nehuen en Miguel, y más datos le aparecían en la Pantalla. El joven comenzó a indicarle a la propia máquina que los ordenara, y al cabo de un tiempo logró reconstruir minuciosamente la historia de su ancestro. Rápidamente, la almacenó en la memoria y la compartió con sus compañeros de Red.

Unos días después, Nehuen se encontraba mirando en su Pantalla una película del siglo XXI, en uno de los cientos de miles de canales que pululan en la red.

En un momento recordó aquella parte de la historia de Miguel, cuando un borracho decía haber visto al anciano ahogándose con el manuscrito en sus manos. Se preguntó si verdaderamente habría sido así.

Tanta concentración puso Nehuen en ese pensamiento, que provocó un cambio brusco de canal en su Pantalla. La maquinita hizo una especie de zapping, y se detuvo en algo parecido a los antiguos noticieros, un locutor anunciaba la aparición del último manuscrito original de la historia de la humanidad; el mismo se habría hallado casi intacto, conservado en un recipiente herméticamente cerrado, y se estimaba que había sido escrito por un tal Miguel, las últimas páginas podrían ser fechadas a principios del año 2049.

Nehuen, montó rápidamente en su bicicleta ultra liviana y partió en búsqueda de aquel manuscrito.

Pese al extraordinario desarrollo científico-tecnológico y a los grados de equidad social alcanzados en estos tiempos, la bicicleta es el principal medio de transporte. Hemos aprendido, después de siglos, que es más sano, más económico, no contamina y evita los accidentes de tránsito.

Nehuen, llegó al lugar que antes llamaban museo y ahora denominan “Reservorio de la Era Pre-pantalla”, un modernísimo edificio en el cuál se exhiben: Plasmas Notebook, Tablet, Teléfonos Celulares y otros artefactos que eran usados en el siglo XXI.

-Soy el tataranieto del autor del manuscrito-dijo el joven a la mujer que atendía el Reservorio.

-¿A sí? -pregunto la mujer- Pero no te lo podés llevar, es patrimonio de la humanidad- agregó.

Ya lo sé- dijo el joven- solo quiero verlo, tocarlo y llevarme una copia.

La mujer, pasó un láser por la cara de Nehuen, automáticamente apareció en una pantalla su filiación completa:

-Efectivamente, se trata de un antepasado tuyo- afirmó.

Luego de identificar al joven, la empleada del “Reservorio”, se dirigió a un cofre vidriado que se encontraba en el medio de la sala, extrajo el manuscrito, y se lo entregó a Nehuen.

-Solo por un ratito- le dijo la mujer.

El joven, tomó temblorosamente el manuscrito. Le pasó la mano como acariciándolo y no se atrevió a leerlo frente a la empleada. Solo extrajo su Pantalla y la deslizó boca abajo por sobre la primer hoja del escrito de su antepasado. Con una sola recorrida, el documento completo fue copiado en la memoria del dispositivo.

Nehuen devolvió el original, agradeció, tomó su bicicleta y volvió presuroso a su casa.

Al llegar, se encerró en su habitación, prendió la tableta y comenzó a leer el legado de Miguel.

A los pocos renglones el joven estaba pálido y sudoroso; rápidamente pensó en la reconstrucción de la historia de su antecesor, que él había realizado y guardado en la Pantalla.

Automáticamente el aparato dividió la imagen en dos, mostrando de un lado el escrito de Miguel, y del otro, el suyo.

La sorpresa fue mayúscula, del principio al final, hoja por hoja, palabra por palabra, coma por coma, los textos eran idénticos.

 

De: “Crónicas de Ayer, Hoy y Mañana. Contramanual de Ciencias Sociales”. Ed panaza Verde. Concordia. 2012.