VICENTE HUICI

Conversaciones con Vicente Huici (*): Narración y ficción del orden social

Por Edgar Borges (Desde España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El entramado de la sociedad, ese asunto invisible pero certero que algunos llaman destino, se construye desde el acuerdo de los poderes. (Hay ficciones poderosas y hay ficciones mediocres). Es lógico que una sociedad construya una realidad común a las personas que conviven en su espacio. (Sin que por ello se sacrifique la realidad interior de los individuos). Lo sano sería que la dinámica y la evolución de las personas fuese lo que determinara esa realidad. (Un acuerdo común a todos). No obstante, en la cultura de la obediencia que hasta ahora hemos vivido, primero se diseña la realidad (la casa ajena) y después se les abre las puertas (invitados sin derecho a idea) a las personas. Esto siempre ha sido así en lo nacional (cada estado una realidad según el poder de turno) y en los intentos expansionistas. (Un estado impone su verdad a otros). Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el diseño de una realidad pretende ser global, absoluto y definitivo? He ahí el dilema (y la confusión) del mundo actual. Nos llevan (como en un tren que de la prisa no permite ubicación alguna) hacia la instauración de una “verdad” mundial. (La madre de todas las ficciones: la ficción global). Destino y resignación; estado y ciudadanos; élites y masas; realidad y ficción. ¿Cómo se levantan estas dicotomías en la rutina de las personas? ¿Es posible fabricar mediáticamente la hoja de ruta de un acontecimiento (guerra, crisis, etc.) para que luego la política lo convierta en realidad? ¿Se narra la construcción de la realidad según los intereses del poder de turno? ¿Se ficciona el orden social? ¿La globalización que conocemos sólo era una trampa para encasillarnos en una “verdad” absoluta? ¿Tiene dueños la historia que hemos vivido hasta ahora? Estas y otras interrogantes las traslado a la mesa de trabajo de Vicente Huici (Navarra, 1955), filósofo y doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad del País Vasco. Huici realiza investigaciones en el ámbito de la sociología del conocimiento, con especial atención a las cuestiones relacionadas con el espacio, el tiempo y el lenguaje.

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-¿Qué es la narración?

-Yo definiría la narración como una de las posibles formalizaciones de la representación de la realidad que a su vez construye realidad en la medida en que la desarrollamos (Berger y Luckmann: “La construcción social de la realidad”). Pero, en Occidente y en los países aculturizados por Occidente, la narración suele ser además la matriz críptica de otras formulaciones aparentemente no narrativas como la Filosofía, la Ciencia o la Historia. Así lo apuntó Nietzsche en su momento y así lo ha demostrado, por ejemplo, David Locke en su excelente libro “La Ciencia como escritura”. Parecería, en cualquier caso, como si el ser humano fuera un a modo de “homo narrator”.

-En el modelo del orden establecido sólo se difunde y se tolera una forma de narración convencional, la que ejecuta el ciclo del inicio, el desarrollo y el desenlace como si la vida fuese un entramado (el destino) definitivo. ¿Es esto una forma de dominación? ¿Desde la narración dirigida se nos moldea la vida para que aceptemos sólo una forma de realidad? (De niño te educamos para esto, de adulto para lo otro y de viejo te espera aquello).

-La trama trifásica que menciona y en la que se articulan la mayoría de las narraciones parece tener su origen en las matrices culturales occidentales tanto judaicas (El Éxodo) como griegas (Las tragedias, Aristóteles).En otras civilizaciones, como en las aculturizadas por China o en las indígenas americanas, dicha trama no parece haber existido. Sin duda, una trama de estas características supone una representación determinada, y siempre interesada, de la realidad y, en este sentido, forma parte de una expresión específica de dominación ideológica. Su poder es tan efectivo que, inculcada desde la infancia en forma de cuentos, llega a configurar la capacidad narrativa del hemisferio cerebral izquierdo, según los estudios neuropsicológicos.

-Narración, ficción. Una forma, un espacio. Lo primero permite construir lo segundo según el interés conservador o revolucionario de la mirada. En contrapeso a la ficción dirigida, ¿la ficción poderosa también puede ser una vía de liberación?

-Roland Barthes (en su libro, “Sade, Fourier, Loyola”) decía que no era posible liberarse de las formas narrativas de la época que nos ha tocado vivir, es decir, de las formas burguesas, pero que sí cabía darles las vuelta, jugar con ellas, desatornillarlas. Pero no más, porque las formas extremas como las utilizadas por Joyce o Musil eran fácilmente subsumibles .Por lo tanto más que de liberarse, se podría hablar de ponerse aparte, de mirar para otro lado, de abrir nuevas perspectivas,

-¿La (s) realidad (es) se construye hoy con narraciones diseñadas para sostener un determinado interés y objetivo? Si es así, ¿se trata de una modalidad nueva del poder?

-Sin duda, las narraciones son siempre interesadas y pretenden ordenar los acontecimientos para sostener o contrarrestar unas tesis específicas. Siempre ha sido así, en el ámbito de las crónicas y las historias de los reinos e imperios del pasado y también lo podemos comprobar en la actualidad. No se trata, por lo tanto de una nueva modalidad de poder. Todo lo más se podría decir que dichas narraciones se difunden a través de nuevos medios como la televisión, auténtica “teta de cristal”- como la llamó Harlan Ellison- de la que se mama sin cesar.

-En el actual entramado de la industria comunicacional, ¿qué papel juega la ficción como plataforma para lograr que una noticia no real se convierta en realidad absoluta e indiscutible ante la “opinión pública”?

-El eje de la ficción narrativa pasa ahora a través de las pantallas, sean estas de televisión o dispositivos portátiles, como tabletas o móviles. Se construye así una verdad indiscutible para la opinión pública.

-El mundo actual parece una bola que corre hacia una mutación. Esa bola, con contenidos como crisis, mercados, revueltas, la caída de los estados, mundo virtual, etc., ¿proviene de la construcción de una ficción encaminada a levantar una verdad absoluta y peligrosamente definitiva para la historia?

-Cada acontecimiento va siendo explicado según un proceso muy aquilatado de construcción con el objetivo de ubicarlo en una perspectiva de acción. Dicho proceso se ha globalizado, en la misma medida en que se ha deslocalizado la economía y se ha implantado internet. Y en dicho proceso se genera un monopolio narrativo, amparado por las multinacionales de la comunicación, que disputa su legitimidad a cualesquiera otras formas narrativas.

-Como observador asumo que la noción derecha-capitalismo entiende, de una manera altamente técnica y sofisticada, el manejo de la narración y de la ficción como vías de diseño social, desde la lógica cotidiana. Sin embargo, la izquierda parece subestimar ambas fórmulas como medios para construir la realidad por la que siempre ha luchado. La mayoría de sus pocos intentos terminan siendo panfletarios, mientras la noción derecha-capitalismo se las ingenia para que la totalidad de su narración, por muy baja de contenido, parezca vida. ¿Subestima la izquierda la narración y la ficción como vías científicas y cruciales para crear un nuevo modelo social alejado de los dogmas y abierto a una nueva dimensión de humanidad (El contrapeso al orden capitalista)?

-Creo que, con carácter general, la izquierda ha subestimado la función de las ficciones narrativas, contraponiendo ficciones científicas – pues son eso, ficciones, por mucho que nos pese- y, cuando ha entrado en el juego de la deslegitimación de las ficciones narrativas de la burguesía y el capitalismo, no ha sido capaz de hacer sino una tosca réplica realista. Ahí hay un problema relativo a la creación artística, pero también un handicap ideológico que debería llevar a una sosegada y profunda discusión teórica.

-Ante la falta de respuestas políticas, en el siglo XXI, ¿el individuo será, quizá hasta por supervivencia, quien desarrolle la ofensiva anticapitalista? (Individuos, como ficcionistas de su propia realidad, que se resisten a la instauración de una “realidad absoluta” que marque el orden global).

-Apunta usted hacia una de las alternativas posibles, ya que parece estar claro que la conversión de individuos generados por el sistema en sujetos autoconscientes, según el proceso que tan precisamente describió Michel Foucault, implica el desarrollo de una narrativa propia que acaso en estos momentos puede pasar por el diario, el dietario, la autobiografía, las memorias o, incluso, la auto-ficción. La dinamización de estas formalizaciones y su publificación contrarrestará sin duda el relato monocorde que se repite una y otra vez tanto desde el ámbito de la televisión hasta en los best-sellers al uso.

 

(*) Vicente Huici Urmeneta nació en Pamplona ( Navarra) en 1955. Es Licenciado en Filosofía y Letras, Graduado en Historia y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad del País Vasco. Desde 1981 es profesor de la UNED de Bergara , desempeñando , desde 1999, la Secretaría del Centro. Así mismo ha sido Secretario del Consejo de Redacción de El Cárabo - Revista de Ciencias Sociales y editor de la revista La (s ) Otra(s) Historia(s) . En 1984, quedó finalista en el Premio Ámbito de Poesía, por su poemario Teoría del extraño movimiento.

La obra de Vicente Huici Urmeneta se ha desarrollado en el ámbito de la sociología del conocimiento, con especial atención a las cuestiones relacionadas con el espacio , el tiempo y el lenguaje.