VIOLETA CERBINO

Violeta Paulina Cerbino nació en Concordía el 16 de febrero de 1932 y falleció el 10 de marzo de 2020. Vivió desde el año 1970 a 1982 en la ciudad de Córdoba, donde hizo estudios como nutricionista para regresar a su ciudad y desempeñarse como empleada administrativa hasta su jubilación. Editó cuentos en medios locales, editorial Kier y formó parte de la antología “Selección de Autores Argentinos 1998”, como resultado del Segundo Concurso Nacional de Poesía y Narrativa Argentina del mismo año que organizó la Editorial Círculo de Escritores Independientes en Chacabuco (Bs. As.). La novela “Toribio Pérez y su yo“, que permanecía inédita y reproducimos en esta página con el título de "Ganarás el pan, Toribio..." obtuvo el Segundo Premio Leopoldo Lugones otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba.

 

Adiós Lola

Por Fernando Belottini

Anoche nos dejó Lola Cerbino. Los buenos oficios de Juan Meneguin, al rescatar y facilitarnos una novela que tenía en un desván, hicieron que nos interesáramos por su escritura. Luego la conocimos. Ella vivía en un geriátrico de la calle Roque Sáenz Peña, no tenía hijos y nunca se había casado. Empezó a  escribir llevada por la curiosidad de participar de un taller literario donde debía responder a consignas. Es decir, casi sin querer, porque sí era lectora, pero el taller la motivó al punto de darse cuenta de que ella también podía tejer historias atrapantes. 

Al leer sus textos se percibe el ingenio y el poder de su imaginación, la que no estaba exenta, fuera de la ficción, de apariciones y voces que decía haber visto a lo largo de su vida. Un misticismo lleno de gracia que nos llevaba a discutir como adolescentes acerca de la existencia del alma, de su trascendencia. Y cuando digo trascendencia pienso en uno de los motivos para escribir: torcerle el brazo a la muerte. Y vaya si Lola lo ha conseguido, quizá en pequeña escala, en una escala de comarca (o no sabemos, por los misterios de la Red), pero trascendencia al fin.

Vayan estas líneas de agradecimiento a su paso entre nosotros, a su eterna lucidez y ojalá se produzca aquello en lo que creía y nos sobrevuele entre las letras, su cándida y preciosa alma.

Concordia, 11 de marzo de 2020.