Poeta montaraz: Peregrinar la poesía
Belén Zavallo es poeta y narradora, docente, editora y gestora cultural. Su poemario “Lengua Montaraz” obtuvo el tercer puesto del Premio Storni 2021. Además, publicó los poemarios “Todos tenemos un jardín” y “Dos poemas”. Participó de las antologías “Otras nosotras mismas”, “Flotar”, “Jardín”, y “El beso que te di”. El año pasado publicó “Las armas”, su primera novela editada por Agua Viva. Actualmente dirige la sección Entre versos de la Revista Análisis y se desempeña como docente de literatura en escuelas secundarias de la capital provincial.
Revista Muy Entre Ríos / Aldana Badano
María Belén Zavallo nació en Paraná en 1982, pero transcurrió su infancia y adolescencia en la ciudad de Viale. Allí vivía con su familia, con las mujeres de su vida. Su madre y hermana, ambas docentes trabajaban en la escuela que quedaba cruzando la calle, “el patio de la escuela era como una extensión de mi casa”, comenta Belén.
Las mujeres de su vida fueron las pioneras en introducir a Belén en la lectura y escritura de poesía y quienes luego, se sumaron a la larga lista de mujeres que cambiaron la vida de la escritora entrerriana. A los 18 años fue madre de una niña y tuvo que saber mixturar sus deseos de seguir aprendiendo con las responsabilidades de la maternidad. De aquellos años tiene hermosos recuerdos como profesoras de la carrera de literatura que alzaban a su pequeña en brazos mientras dictaban la clase para que Belén pueda estudiar un poco más liberada.
Sus primeras experiencias laborales fueron como docente en la escuela por la que transcurrió sus años de estudiante y en la que también trabajaron su madre y hermana brindando clases. “Dar clases para mí era algo muy natural porque siempre frecuentaba las aulas ya sea por mi mamá, mi hermana o por cercanía”.
En 2013 se mudó a Paraná y comenzó a enseñar en escuelas de la capital provincial, donde aún hoy continúa brindando clases. La docencia es, sin dudas, una pasión en su vida donde logra compartir con otros y otras el placer de leer y escribir.
Ella explica “Lo más trascendente de la docencia es poder seguir dándole vida a las letras”, dice, refiriéndose a la experiencia de poder interpretar con los jóvenes las palabras escritas sobre un papel hace cientos de años.
Además, comenta encantada que, durante los años previos a la pandemia, solía organizar conversatorios titulados “La Sociedad de los poetas vivos”, haciendo alusión al reconocido film. Este ciclo transcurría al interior del aula y en él se convocaba a escritores locales para que compartan su experiencia con los estudiantes.
“En las clases siempre jugamos a poner la literatura en el cuerpo”, explica Belén, quien además de docente en escuelas secundarias brinda un taller de poesía llamado “Nos/Otros en el texto”.
El taller se compone de clases semanales que, de manera ininterrumpida, lleva cinco años de construcción colectiva de poesía. Junto a Manuela Mantica, Belén Zavallo invita a sus estudiantes a realizar ejercicios que despierten la creatividad y que acompañen el proceso creativo de un poema para que la hoja en blanco no resulte tan angustiosa.
Además de su marcado costado pedagógico, Belén es poeta y narradora, editora y gestora cultural. Publicó diversos textos, entre ellos, el más conocido resulta su poemario “Lengua Montaraz” (Ana editorial, 2021) ya que obtuvo el tercer puesto de la primera edición del Premio Storni 2021.
Además, publicó “Todos tenemos un jardín” (Camalote, 2019) y “Dos poemas” (Ediciones Arroyo, 2020). Participó de las antologías “Otras nosotras mismas” (Agua Viva, 2020), “Flotar” y “Jardín” (Camalote, 2020 y 2021), y “El beso que te di” (Ediciones Arroyo, 2021).
Su último libro es la novela publicada por Agua Viva Ediciones en 2021 denominada “La Armas” en donde relata hechos de violencia machista y patriarcal que son entendidos a partir de poder verlos en el cuerpo de otra, en este caso de una hija. Con un tinte autobiográfico, Belén explica que para ella fue realmente un momento de quiebre el nacimiento de su segunda hija al mismo tiempo que su primera hija cumplía la misma edad con la que ella transitó un embarazo.
En ese otro cuerpo pudo ver lo joven que era, lo niña que dejó de ser dando a luz a otra niña. Todo este proceso está retratado en “Diecinueve”, un poema que compone el sentido índice de “Lengua Montaraz”.
Este espíritu atraviesa la obra de la poeta entrerriana ya que, como ella explica: “siempre hablo de lo cercano cuando escribo y trato de traer esas voces, lo vivido y recorrido a lo largo de mi vida”.
La prosa de Belén es comprometida, y, sobre todo, auténtica porque en sus palabras intenta retratar su historia de vida, que es también la historia de otras mujeres y, en este sentido, ella dice: “no escribiría sobre nada que no me conmueva” y luego agrega “la palabra siempre va a ser liberadora y va a permitir habitar otros espacios”.
De esta manera, propone un recorrido poético por alegrías, desgracias, cotidianeidades y pensamientos.
Su entrega para con la escritura es tal que todos los días piensa en verso y, a veces, “mientras cocino se me ocurre algún fragmento y lo anoto enseguida en el celular”, comenta.
Es que la escritura es un oficio que se aprende leyendo pero que se perfecciona escribiendo. Ella, tal como propone en sus talleres de todos los martes, escribe sin pensar en si publicará o no el texto, lo importante es escribir y poner en palabras aquello que pasa por el cuerpo, por la memoria, por el presente y por la visión particular que se tiene de un paisaje.
Tal fue el caso del proceso de producción de “Lengua Montaraz”, el poemario que recibió el tercer puesto del Premio Storni 2021. Belén explica que no suele participar de concursos pero que, siguiendo la iniciativa de una amiga, decidió escribir los versos durante unas vacaciones familiares en Villa Libertador San Martín.
Allí, rodeada de verde y en el medio del monte entrerriano, tan particularmente espinoso, verde y abrasivo, empezó a pensarse en ese contexto.
Fue así que en un mes dio a luz al poemario y lo envió al concurso. Meses después, cuando el texto original ya estaba marcado con aureolas de mate por haber sido olvidado sobre el escritorio, recibió las felicitaciones por su premio y Pablo Felizia de Ana editorial la invitó a publicarlo. Belén siempre eligió publicar con editoriales independientes porque admira su trabajo; y si bien Ferny Kosiak, actual director de la Editorial de Entre Ríos, fue su primer editor, decidió sumarse al catálogo de las autoras de Ana Editorial, diversificando su participación en numerosas propuestas editoriales.
Belén Zavallo es una peregrina de la poesía que transita los diversos caminos que la literatura ofrece, desde la docencia, la escritura creativa hasta la edición.
Los pasillos de su vida se iluminan bajo la linterna de los versos que ayudan a que su historia pueda ser narrada en prosa o en versos que no se pueden cuantificar en métrica rígida ni encorsetarse bajo un estilo de poesía, sino que vibran de emoción y que salvajemente se expresan como habitando un monte entrerriano en búsqueda de sanar la herida, o al menos, compartir el proceso con otras.
Fuente: El Diario de Entre Ríos.