Reseña de Nuestra venganza será afectiva. Diario de una transición.

 

¿Qué es un cuerpo?

Por Fernando Belottini

Por esas maravillosas casualidades de la vida llegó a mis manos “Nuestra venganza será afectiva. Diario de una transición”, publicado por Editorial Panza Verde, que alcanza su segunda y reciente edición, siendo su autor Giovanni Giusti, de Paraná. Nombre adoptado por el escritor luego de un tratamiento hormonal comenzado en 2019 para transicionar un cuerpo.

Hasta ahí el continente, el marco de una obra de la que, como lector y proyecto de deconstrucción en estos temas, esperaba encontrarme con detalles propios de la medicina o con un diario cabal. Sin embargo, el abordaje de Giovanni a una temática de por sí ardua es de una sensibilidad poética que logra transmitir aquello tan complejo como son las vivencias, sensaciones y sentimientos de ese tránsito y que va de la narrativa a la poesía como si ese ejercicio le hubiera servido de soporte para un cambio no sólo de aspecto sino también de identidad y de ese probable espejo que nos devuelven otros y otras. “Estoy entre la espada y la pared, ser hombre o ser mujer, ser lo que quiero ser o seguir siendo quién soy, atrapado en un cuerpo que no siento mío”, dice en su estar y, en cierto modo, binario cuando sin embargo su yo parece por momentos disolverse.

Ya desde el título, el libro se plantea como un texto de combate colectivo, combate obvio contra una sociedad aún no preparada para el respeto por la decisión de estar en el cuerpo que se quiera estar. Y esa falta de respeto hacia la libertad de elección de cualquier tipo, que las leyes vigentes tratan de superar remando contra una cultura a la que le falta comprender un simple derecho humano, a fuer de otros también elementales, nunca es explícita ni nombrada. No hay un reclamo ni súplica hacia el semejante, sino el uso de las armas que proporciona la literatura, como si la literatura en sí misma ejerciera una función de transformación también en los lectores, algo que ignoramos o suponemos mediato. 

Como lectores y espectadores de algunas fotografías intercaladas, vamos mutando nuestras perspectivas seducidos por el decir de cierto modo. Lo cual, no deja, creo, de ser una operación inteligente: “Algo se despierta y lo puedo sentir. Una energía vibra dentro de mí./ Rasqueteo esta piel vieja./ Me voy tallando/ y a la vez canto para darle paso a la transformación que estuve soñando.” 

Hay una frase al final de uno de esos por momentos descarnados relatos breves que tal vez defina mejor el camino adoptado por el autor: “Solo cuando escribo puedo ser verdaderamente quién soy”. Y me pregunto cuántos autores y autoras habrán tenido ese sentimiento llevado a cualquier plano, porque la escritura también es un tránsito, un estar siendo que a veces nos confronta con un momento de identidad.

Celebro este libro no ya por la temática como clara defensa de un derecho humano, sino por el hecho de haberse valido con talento y sensibilidad artística de recursos que nos permitan gozar de la lectura.

 

Concordia, 12 de julio de 2023.