ARTÍCULO LA POÉTICA, POR MARCELO LEITES
Se publicó el artículo La Poética en el Dossier Joaquín Giannuzzi, de la Revista de poesía op.cit. Poesía argentina.
https://opcitpoesia.com/la-condicion-de-todas-las-epocas-dossier-joaquin-giannuzzi/4/
LA POÉTICA, por Marcelo Leites.
Es verdad que ya es un clásico y uno de los más grandes poetas que ha dado la Argentina. Joaquín Giannuzzi escapa a los moldes del neorromanticismo del 40′, al invencionismo del 50′ y a la poesía social de los 60′. Introduce en lengua española el movimiento «objetivista»; así era considerado en los 90’. Ahora esa denominación ha variado un poco, pero sin perder del todo su validez; porque también hay subjetividad en sus poemas, por ejemplo, cuando se define como J.O.G., con cierto grado de patetismo. Giannuzzi es un poeta de las cosas, de la materia con que están hechas las cosas. Su obra parte de la lectura en profundidad de dos autores en quienes reconoce una influencia explícita: el poeta norteamericano T.S.Eliot y el poeta italiano Eugenio Montale. Su poesía también produce un corte con la lírica, con una escritura difícilmente encasillable, que participa del prosismo, del objetivismo, del periodismo y del ensayo. Su mirada se posa sobre las cosas sin ningún tipo de resonancia ni ampulosidad, sin un gran despliegue técnico y sin ningún sentimentalismo, ni siquiera cuando escribe sobre su hija en el poema “Mi hija se viste y sale”. Incluso aquí vemos que aun hablando de un ser querido; la mirada es tierna; pero el lenguaje es distanciado; el poeta solo está presente en la representación, como un observador, como una negación de sí mismo:
Mi hija se viste y sale
El perfume nocturno instala su cuerpo
en una segunda perfección de lo natural.
Por la gracia de su vida
la noche comienza y el cuarto iluminado
es una palpitación de joven felino.
Ahora se pone el vestido
con una fe que no puedo imaginar
y un susurro de seda la recorre hasta los pies.
Entonces gira
sobre el eje del espejo, sometida
a la contemplación de un presente absoluto.
Un dulce desorden se inmoviliza en torno
hasta que un chasquido de pulseras al cerrarse
anuncia que todas mis opciones están resueltas.
Ella sale del cuarto, ingresa
a una víspera de música incesante
y todo lo que yo no soy la acompaña.
Se trata también de una poesía existencial: una búsqueda para soportar la existencia, a través del escepticismo: “todo transcurre del otro lado, fuera/del rumor insensato de la existencia humana” escribe el poeta en “Uvas rosadas”. En la entrevista que le realizó Daniel Freidemberg en Diario de Poesía N° 30, en 1994, el poeta, afirma: «Al poema lo distingue la imagen. El fulgor del lenguaje es la imagen. Que no se da más que en poesía… la imagen es una visión sublimada de las cosas. El lenguaje sublimado. En el sentido de purificado, para lograr un efecto de belleza».
Y aquí veo una conexión con el poeta francés Francis Ponge y con uno de sus libros más importantes: “De parte de las cosas”. Francis Ponge planteaba una recuperación de la materia, la naturaleza, los objetos concretos, con un lenguaje neutro, ceñido al objeto, al que describe con minuciosidad y precisión; pero en Ponge no hay pathos como en Giannuzzi; solo percibimos el objeto desnudo, aunque con una serie de figuras retóricas que no hacen sino resaltar el objeto tal como es o como podría ser (véase “El agua”). En Giannuzzi hay una relación esencial entre lo concreto —objetos— y lo abstracto —ideas o pensamientos—. Dentro de sus «temas» recurrentes merecen señalarse la juventud, el paso del tiempo, la decrepitud de la vejez, algunos familiares, la muerte, algunos elementos de la naturaleza, etc.
Nada mejor que el maestro para darnos una visión muy certera de su poética (De la entrevista ya citada): «Mis poemas, generalmente parten de una situación objetiva. Quiero decir que parten de un hecho universal, un hecho que puede corroborarse a través de los sentidos: hay un amanecer, un atardecer, hay un día que termina, hay hombres que caminan por la calle. Partiendo de estas descripciones concluyo en lo especulativo: escribo a partir dela contemplación intensa de una cosa o de una situación; de una reflexión, de un pensamiento sintético, de la asociación de dos o más palabras; de una súbita ampliación del campo de la conciencia; de un sentimiento exaltado, de un estado de ánimo especial; de una marea de adjetivación que me invade y que me impulsa a aplicarla a la realidad… Para mí la poesía es redentora, es revelación y, en consecuencia, descubre, deja entrever una luz de sentido en la oscuridad. Por ejemplo, cuando escucho ciertos pasajes de Bach, me ocurre en ese momento que estoy viendo algo. Esa música está tratando de decir algo, me abre una puerta al sentido. Por eso acostumbro decir que la poesía es una fiesta del sentido… nos da los destellos de la verdad, señales que nos llegan de algún núcleo de significado que late detrás de la apariencia. La poesía, el descubrimiento y revelación de lo bello, nos expresa y nos define en un acto de afirmación: La certeza de que todo esto (el mundo) no está allí en vano, que no es un acto gratuito, de que algo es y sucede… la poesía, para salvarse y no morirse. Esta motivación última va acompañada de un impulso de necesidad de vida, de ser en medio de la fugacidad, de introducirse en el seno de lo secreto, de apresar un fragmento de eternidad».
Marcelo Leites. Es poeta y crítico literario. Integró el consejo Editorial de la página web Autores de Concordia, formó parte de la revista digital PoesíaArgentina y actualmente integra el staff de op.cit. Desde 2008 administra su blog La Biblioteca de Marcelo Leites, una de las muestras más actualizadas de la poesía contemporánea y universal. Publicó, entre otros títulos, Adentro y afuera (Barnacle, 2019), Resonancia de las cosas (Ediciones en danza, 2009), Tanque australiano (Gog y Magog, 2007), Ruido de Fondo, (Trópico sur, Paraguay, 2001).