ENTREVISTA A MARÍA DE LOS ÁNGELES BALLA

 

Me gusta la gente con la virtud de la humildad

Por Gonzalo Acosta Tito, para Integración, Suplemento de Arte Joven de El Heraldo, 16.12.2011

María de los Ángeles Balla nació en la ciudad de Paraná en 1974, vivió en la ciudad de Concordia durante los 80s. Editó los poemarios: "Naranja Ombligo" de Ediciones de la Intemperie, que recibió el Premio Escenario 2007 al mejor libro de poesía editado por autor entrerriano, que otorga diario UNO de Paraná, y "Como una bailarina sobre la luz del agua" de Alcion Editora en 2011.

 

-Naciste en Paraná y vivís allí actualmente pero estuviste en Concordia unos años, ¿cómo fue el recorrido?

-Es así, nací en Paraná y allá por el 83 mi familia se trasladó a Concordia, viví en Cambá Paso, lugar único, maravilloso, Concordia en sí es una ciudad para mí muy querida, el aroma de sus calles, la gente en sí con un tono terriblemente pasional para todo y querendona… sí muy querendona,  con afirmaciones  y definiciones permanentes, creo que a la ciudad y a la gente les queda bien el dicho de “nobleza obliga”.

Es un poco mítica siempre el que se va guarda en su retina algo de ella  y ella en sí misma es una novia que espera el retorno de su amado yo la veo así como una mujer que hace grandes a sus hijos y a sus amantes, lo que en particular me relaciona es el don de gente, una puede vivir en muchos lados pero nada puede con ella, tiene el mismo ritmo que el latido del corazón a donde te vayas y creo que eso la hace inolvidable.

 -¿Con qué cosas relacionas a Concordia?

 -Muchas, por no decirte todas, los paisajes que describo son de ella, las emociones, los aromas, la pasión sobre todo creo que me quedé con la pasión para escribir que tienen los concordienses, definitivamente lo que se dice la garra.

-Te galardonaron con el el Premio Escenario 2007 que otorga diario UNO de Paraná, al mejor libro de poesía editado por autor entrerriano. Contamos de la edición y del libro premiado.

 -Bueno, siempre recuerdo el libro porque hice un largo trayecto para poder editarlo, chocaba permanentemente con la realidad porque no podía costear el valor de la edición y sin dinero poco era lo que se podía hacer,  pero al mismo tiempo y casi me animo a decirte literalmente con desesperación quería editarlo, recorrí todo lugar posible hasta que encontré a Javier Bendersky de Ediciones de la Intemperie, me sonaba el sello de la editorial como propio (lo digo por el caminito de hormiga que hice) y fui  bienvenida con mis ideas, papeles, proyectos y demás, así que enseguida comenzamos a diagramar todas las posibilidades para costear la edición y lo logramos!, el libro en sí  tiene una carga de satisfacción enorme para mí porque fue un premio a la voluntad.

Del libro “Naranja Ombligo” nacieron  poemas que  atravesaron  la ciudad como un viaje en bicicleta y recorrieron el paisaje abierto de las emociones, un recorrido único en la memoria que de a poco fue quedando impreso, el nombre implica el sabor de una mujer, aparentemente dura por fuera, con gajos que se abren dulces y tiernos como poemas que se deslizan sobre una fina línea del amor y la mirada. 

 -¿Qué poetas entrerrianos te gustan y por qué?

 -Poetas entrerrianos si los hay lo que sobra en esta tierra es la mirada, y los grandes poetas más allá de sus corrientes estéticas y reconocimientos, primerísimo siempre Juan L. y la contemplación, esa sistemática ternura que tienen sus poemas, la serenidad que logra  en los paisajes y todo en él que de repente refleja un estado delicadamente bello o sea la belleza es su máxima expresión y el rasgo permanente para verla su bondad, el otro genio del ejercicio poético sin dudas para mí es Mastronardi, con una profunda lucidez pero también amor por las cosas, un amor que como tal tiende a ser idealista y esa aparente nostalgia que recorre su memoria, otro indudable es Zelarayán por combativo, él hizo que su lenguaje cotidiano saliera del lugar común para instalarse fuertemente y cambiar rápidamente la forma de la imagen que dibujaba.

 -¿De qué corriente literaria-poética te sentís más cerca?

 -En realidad me siento más cerca de los surrealistas, más influenciada por este estilo literario, la pasión, el erotismo, su relación con lo inconsciente, la imaginación que se despliega en los estados de amor, la soledad, esa  indeleble manera de fluir en la inagotable fuente del deseo donde todo se universaliza.

-En tiempos de multiplicidad de discursos: informativo, publicitario, político, tecnológico, mercantil, científico, en donde la palabra es una moneda de cambio que ha perdido su aura, ¿qué lugar le queda a la palabra poética en este presente?

-Son tiempos definitivamente para madurar, hay que tener un diálogo permanente con la memoria y esto implica crecer, la multiplicidad de discursos no desafía a la palabra, el que ha perdido su aura en todo caso será el hombre que las dice, el canal que  las expone o la imagen que te da el televisor de un modelo publicitario determinado, no siempre es así, no todos son iguales, ni en su decir ni en su hacer cotidiano, yo considero que se devalúan las personas que utilizan un modelo o se solventan en una estructura, la política por ejemplo es algo maravilloso, pero no podemos juzgar a todos con la misma vara, solamente el ejercicio de la memoria nos hará crecer como personas, pero volviendo a la pregunta sobre la palabra poética para mí permanece siempre en el mismo lugar “intacta” sea la corriente literaria que sea y tiene el peso adquirido por el tiempo, ahora bien vos fíjate que se pueden leer autores del siglo pasado y parece que reflejara lo que te pasa hoy por la cabeza.

-¿Qué cosas te influencian o "inspiran" al momento de escribir? 

-Al momento de escribir mis influencias son muy variadas, soy una observadora de las pequeñas cosas, los detalles, me gusta la gente con la virtud de la humildad, ahh! ver eso me completa, o sea los gestos que determinan a  la gente, el  paisaje de la mirada, las palabras que se dijeron o se querían decir, el pan servido sobre la mesa, que destapen el mejor vino porque llegó el amigo, esos pequeños actos de la vida son disparadores emocionales y hacen que afine el lápiz y comience  a escribir, ahora bien, lo que nunca se sabe es cuando será el final de ése poema. Trato normalmente de hacer un ejercicio con la poesía como disciplina, leo mucho siempre me falta un montón, todavía hay mucha gente que me asombra con autores o miradas casi siempre lo que me sale como vómito o de un tirón es lo que más trabajo, una nunca termina de corregir los textos siempre falta, me influencian muchísimo los pequeños gestos de la gente es algo que me asombra permanentemente, las pequeñas cosas que saben dar un gran giro sobre el hilo de  las emociones y te abre la puerta a la imaginación, igual trato siempre que sea entre el eros y lo sacro.

 -¿Cómo definirías a tu poesía?    

-Es difícil como autora definir tu propia obra si entrar en la vanidad o la humildad extrema, recuerdo a un amigo que describió mi poesía naif, colorida, sencilla y estoy de acuerdo con él en aquel tiempo, creo que ahora si tuviera que hacer una descripción de lo mío diría como Gelamn, quizás la poesía no sea nada más que agarrar “la presencia ausente de lo amado”.

-Tus tres libros favoritos y por qué…

-Me embruja el número tres, bíblico por cierto que muestra la perfecta combinación de la unidad y tiene que ver con la pregunta, hasta que el tiempo advenga me gusta Rosario Castellanos poeta Mejicana y su libro “Poesía no eres tú”, porque resiste  “Altazor” de Huidobro que representa para mí un cúmulo de visiones, la voz de él “hace un imperio en el espacio”, y mi sagrada “Poesía esencial” de Gonzalo Rojas, recuerdo haberle dicho Gonzalo tengo tan poco tuyo una poesía esencial y breve una antología personal, velocísimo como era él, me contestó y los antiguos y Horacio? haciendo referencia a la poesía antigua y comenzó a recitarme en latín a Ovidio y ahí supe que yo no sabía nada. Me gusta la gente con la virtud de la humildad

María de los Ángeles Ballanació en la ciudad de Paraná en 1974, vivió en la ciudad de Concordia durante los 80s. Editó los poemarios: "Naranja Ombligo" de Ediciones de la Intemperie, que recibió el Premio Escenario 2007 al mejor libro de poesía editado por autor entrerriano, que otorga diario UNO de Paraná, y "Como una bailarina sobre la luz del agua" de Alcion Editora en 2011.

 

-Naciste en Paraná y vivís allí actualmente pero estuviste en Concordia unos años, ¿cómo fue el recorrido?

-Es así, nací en Paraná y allá por el 83 mi familia se trasladó a Concordia, viví en Cambá Paso, lugar único, maravilloso, Concordia en sí es una ciudad para mí muy querida, el aroma de sus calles, la gente en sí con un tono terriblemente pasional para todo y querendona… sí muy querendona,  con afirmaciones  y definiciones permanentes, creo que a la ciudad y a la gente les queda bien el dicho de “nobleza obliga”.

Es un poco mítica siempre el que se va guarda en su retina algo de ella  y ella en sí misma es una novia que espera el retorno de su amado yo la veo así como una mujer que hace grandes a sus hijos y a sus amantes, lo que en particular me relaciona es el don de gente, una puede vivir en muchos lados pero nada puede con ella, tiene el mismo ritmo que el latido del corazón a donde te vayas y creo que eso la hace inolvidable.

 -¿Con qué cosas relacionas a Concordia?

 -Muchas, por no decirte todas, los paisajes que describo son de ella, las emociones, los aromas, la pasión sobre todo creo que me quedé con la pasión para escribir que tienen los concordienses, definitivamente lo que se dice la garra.

-Te galardonaron con el el Premio Escenario 2007 que otorga diario UNO de Paraná, al mejor libro de poesía editado por autor entrerriano. Contamos de la edición y del libro premiado.

 -Bueno, siempre recuerdo el libro porque hice un largo trayecto para poder editarlo, chocaba permanentemente con la realidad porque no podía costear el valor de la edición y sin dinero poco era lo que se podía hacer,  pero al mismo tiempo y casi me animo a decirte literalmente con desesperación quería editarlo, recorrí todo lugar posible hasta que encontré a Javier Bendersky de Ediciones de la Intemperie, me sonaba el sello de la editorial como propio (lo digo por el caminito de hormiga que hice) y fui  bienvenida con mis ideas, papeles, proyectos y demás, así que enseguida comenzamos a diagramar todas las posibilidades para costear la edición y lo logramos!, el libro en sí  tiene una carga de satisfacción enorme para mí porque fue un premio a la voluntad.

Del libro “Naranja Ombligo” nacieron  poemas que  atravesaron  la ciudad como un viaje en bicicleta y recorrieron el paisaje abierto de las emociones, un recorrido único en la memoria que de a poco fue quedando impreso, el nombre implica el sabor de una mujer, aparentemente dura por fuera, con gajos que se abren dulces y tiernos como poemas que se deslizan sobre una fina línea del amor y la mirada. 

 -¿Qué poetas entrerrianos te gustan y por qué?

 -Poetas entrerrianos si los hay lo que sobra en esta tierra es la mirada, y los grandes poetas más allá de sus corrientes estéticas y reconocimientos, primerísimo siempre Juan L. y la contemplación, esa sistemática ternura que tienen sus poemas, la serenidad que logra  en los paisajes y todo en él que de repente refleja un estado delicadamente bello o sea la belleza es su máxima expresión y el rasgo permanente para verla su bondad, el otro genio del ejercicio poético sin dudas para mí es Mastronardi, con una profunda lucidez pero también amor por las cosas, un amor que como tal tiende a ser idealista y esa aparente nostalgia que recorre su memoria, otro indudable es Zelarayán por combativo, él hizo que su lenguaje cotidiano saliera del lugar común para instalarse fuertemente y cambiar rápidamente la forma de la imagen que dibujaba.

 -¿De qué corriente literaria-poética te sentís más cerca?

 -En realidad me siento más cerca de los surrealistas, más influenciada por este estilo literario, la pasión, el erotismo, su relación con lo inconsciente, la imaginación que se despliega en los estados de amor, la soledad, esa  indeleble manera de fluir en la inagotable fuente del deseo donde todo se universaliza.

-En tiempos de multiplicidad de discursos: informativo, publicitario, político, tecnológico, mercantil, científico, en donde la palabra es una moneda de cambio que ha perdido su aura, ¿qué lugar le queda a la palabra poética en este presente?

-Son tiempos definitivamente para madurar, hay que tener un diálogo permanente con la memoria y esto implica crecer, la multiplicidad de discursos no desafía a la palabra, el que ha perdido su aura en todo caso será el hombre que las dice, el canal que  las expone o la imagen que te da el televisor de un modelo publicitario determinado, no siempre es así, no todos son iguales, ni en su decir ni en su hacer cotidiano, yo considero que se devalúan las personas que utilizan un modelo o se solventan en una estructura, la política por ejemplo es algo maravilloso, pero no podemos juzgar a todos con la misma vara, solamente el ejercicio de la memoria nos hará crecer como personas, pero volviendo a la pregunta sobre la palabra poética para mí permanece siempre en el mismo lugar “intacta” sea la corriente literaria que sea y tiene el peso adquirido por el tiempo, ahora bien vos fíjate que se pueden leer autores del siglo pasado y parece que reflejara lo que te pasa hoy por la cabeza.

-¿Qué cosas te influencian o "inspiran" al momento de escribir? 

-Al momento de escribir mis influencias son muy variadas, soy una observadora de las pequeñas cosas, los detalles, me gusta la gente con la virtud de la humildad, ahh! ver eso me completa, o sea los gestos que determinan a  la gente, el  paisaje de la mirada, las palabras que se dijeron o se querían decir, el pan servido sobre la mesa, que destapen el mejor vino porque llegó el amigo, esos pequeños actos de la vida son disparadores emocionales y hacen que afine el lápiz y comience  a escribir, ahora bien, lo que nunca se sabe es cuando será el final de ése poema. Trato normalmente de hacer un ejercicio con la poesía como disciplina, leo mucho siempre me falta un montón, todavía hay mucha gente que me asombra con autores o miradas casi siempre lo que me sale como vómito o de un tirón es lo que más trabajo, una nunca termina de corregir los textos siempre falta, me influencian muchísimo los pequeños gestos de la gente es algo que me asombra permanentemente, las pequeñas cosas que saben dar un gran giro sobre el hilo de  las emociones y te abre la puerta a la imaginación, igual trato siempre que sea entre el eros y lo sacro.

 -¿Cómo definirías a tu poesía?    

-Es difícil como autora definir tu propia obra si entrar en la vanidad o la humildad extrema, recuerdo a un amigo que describió mi poesía naif, colorida, sencilla y estoy de acuerdo con él en aquel tiempo, creo que ahora si tuviera que hacer una descripción de lo mío diría como Gelamn, quizás la poesía no sea nada más que agarrar “la presencia ausente de lo amado”.

-Tus tres libros favoritos y por qué…

-Me embruja el número tres, bíblico por cierto que muestra la perfecta combinación de la unidad y tiene que ver con la pregunta, hasta que el tiempo advenga me gusta Rosario Castellanos poeta Mejicana y su libro “Poesía no eres tú”, porque resiste  “Altazor” de Huidobro que representa para mí un cúmulo de visiones, la voz de él “hace un imperio en el espacio”, y mi sagrada “Poesía esencial” de Gonzalo Rojas, recuerdo haberle dicho Gonzalo tengo tan poco tuyo una poesía esencial y breve una antología personal, velocísimo como era él, me contestó y los antiguos y Horacio? haciendo referencia a la poesía antigua y comenzó a recitarme en latín a Ovidio y ahí supe que yo no sabía nada.