REVISTA COLOFÓN EDITA POESÍAS DE CARLA OLIVERA
La revista Colofón (https://revistacolofon.com.ar), dedicada a la narrativa, poesía, crítica y cine, tiene una sección denominada Poesía Federal, donde publica a poetas del interior del país. En la primera entrega, que reproducimos en parte, publicó poemas de la gualeguaychense Carla Olivera. Las ilustraciones estuvieron a cargo de Cindel García.
Carla Olivera es Profesora de Literatura, poeta, narradora. Ha coordinado talleres literarios para jóvenes y adultos. Publicó “Partición de voces” (De los cuatro vientos, 2005) e “Intemperie” (Singular, 2014), y en diversas antologías poéticas. Forma parte del Grupo Literario Las curanderas de su ciudad y de Liberoamérica, plataforma literaria virtual de América Latina, España y Portugal.
QUERÍAS SER POETA
Querías ser poeta
pensás
mientras los broches prenden la ropa al viento del patio
mientras los gurises se pegan patadas y gritás que basta
que basta ya de peleas y de llantos.
El aire alcanza afuera para tomar la tarde por las trenzas
fuerte empuja y secará rápido la ropa.
Querías ser poeta y pensás
en ese hombre de espuma
en ese hombre cuyos labios no mordiste
en su cuello que de cerca perfumaba los tiempos de la rebelión
de los escapes
de las canciones bailadas para enamorarlo.
Querías ser poeta
pensás
y sabés que se es poeta aún con la lengua anudada
pero no se desanuda
no se desnuda
y ese hombre está lejos ya
y los gurises siguen peleando.
¿Cómo se es poeta?
pensás
mientras la última prenda a colgar cae y se ensucia
y el sol busca con su aliento levantar tu pollera.
FORMAS DE SER
Hay un cuerpo que soy cuando la noche pesa
y el sol no se hace espacio.
Un cuerpo que huele en los costados de la casa
secretos ajenos
silencios que leudan la humedad y la sombra
pacientemente puestos a crecer por algún desconocido.
Hay un cuerpo que soy sin manos
ni boca
ni lengua
que es sólo piel mezquinada
vuelta hacia sí como el revés de un guante.
En las paredes hay moscas y ojos
y los ahuyenta con un péndulo como si bastara
les pone nombres
los conjura
ese cuerpo que soy no quiere ojos sobre sí
ni moscas
ni el constante murmullo de una casa tomada por los que no hablan.
Hay un cuerpo que soy
que puebla otros cuerpos como una planta parásita
como un clavel del aire.
Este cuerpo es mío a veces
esa piel es mía a veces
esos silencios, no.
Hay otro cuerpo que soy cuando la noche es liviana
y el día respira como un conejo en mi falda
nervioso y delicado
oliendo el pulso que viaja desde mi corazón a mi sexo.
Hay este otro cuerpo que soy
volcado
llovizna y hambre
que abre la casa y la piel con un mismo vibrante deseo
la palabra sembrada en la cama
en el patio
en los ojos de los hijos
la sembrada palabra en el oído del amante
y en la deliberada urgencia del amor.
Entre mis cuerpos hay un sendero de baldosas amarillas.
Un nido de pájaro y culebra.
Una madriguera.
Una jaula.
Y después un río
Y después un río
Y otro
Y otro.
LAS LUCÍAS
I
Volverte a violar
Volverte a ahogar
Volverte a arrancar las uñas y los pelos
Volverte a vaciar
Volverte a drogar
Volverte a golpear todo el cuerpo que ya traés roto
Volverte a asustar
Volverte a quemar
Volverte a clavar dientes,
dedos,
verga,
palos,
toda la inmundicia.
Volver a mencionar tu nombre
Tu nombre de muerta de noche
Tu nombre de tan tarde,
de short corto, de tan tan corto…
Tu nombre de muerta en una foto.
Sonreís en la foto
Estás hermosa y sonreís porque no sabés tu muerte
Porque aún no viste tu nombre de muerta pegado a tu foto en la tele
Esa palabra no se parece a otra:
Em-pa-la-mien-to
Esa palabra va debajo de tu nombre
De tu foto sonriendo
De la muerte anunciada en forma de primicia.
Esa palabra no se parece a otra.
Volverte a matar
Volverte a rasgar
Volverte a arrancar la ropa
las uñas
los cabellos.
No son lobos, no
No son bestias, no
No son monstruos, no
No sabrán a dónde ir
No sabrán a dónde ir cuando
se desprendan las muertas del suelo
repletas de flores que llevamos las vivas
a devorarles el corazón
y darle fuego a todo.
III
Mi vida es un tajo.
Un tajo entre las piernas
un tajo en el cuello
un tajo en el espinazo
un tajo en la pollera
y de la pollera al ojo
y del ojo a la lengua
y de la lengua al silencio.
Mi vida es un tajo a destajo.
De sangre en sangre.
Tajo y sangre para ser mujer.
Tajo y sangre para hacer lugar.
Tajo y sangre para parir.
Tajo y sangre para no parir.
Tajo y sangre para no volver a casa.