VÍCTOR JUAN GUILLOT

por FERNANDO BELOTTINI

               Víctor Juan Guillot nació en Concordia el 5 de octubre de 1886. 
               Tal vez las circunstancias que rodearon de su temprana muerte, ocurrida en Buenos Aires en 1940, o su militancia política (fue diputado nacional por la Unión Cívica Radical), que no son harina de este costal, hayan desviado la atención que merecía la calidad de su escritura. 
             Gracias a una mención que nos hiciera el poeta Juan Meneguín y a los buenos oficios de la Biblioteca Bernardino Rivadavia de Bahía Blanca tuvimos acceso a la mayoría de sus publicaciones. No encontramos demasiadas referencias de su vida ligada a la literatura, salvo que siendo muy joven fundó en nuestra ciudad una revista de literatura fantástica denominada Entre Nos; que formó parte de la primera Comisión de la Sociedad Argentina de Escritores que data de 1928, que presidiera Leopoldo Lugones e integraran, entre otros, Horacio Quiroga, Samuel Glusberg, Manuel Galvez (que prologa su libro “Historias sin importancia”), Jorge Luis Borges, Leónidas Barletta, Arturo Capdevilla, Baldomero Fernández Moreno, Alberto Gerchunoff, Ezequiel Martinez Estrada y Ricardo Rojas; que obtuvo el primer y segundo Premio Municipal de Literatura en 1922 y 1924 en Buenos Aires, de cuya Facultad de Derecho egresó como abogado. 
             Fue narrador, dramaturgo y periodista. Sus textos literarios llevan la impronta modernista de la época y transitan con estilo elegante e ingenioso desde historias de terror hasta humorísticas, donde se revela como un hombre de mundo, creador de atractivas atmósferas, observador de la vida ciudadana y la campestre, donde abundan agudas reflexiones que sorprenden por su vigencia. Valiéndose de diversos artificios, sin lograr en ocasiones cuentos cabales, redondos, puede disfrutarse de la versatilidad de su prosa y de su talento para sostener la atención del lector. 
             Habiendo sido confinado a la cárcel de Ushuaia por razones políticas durante la llamada Década Infame, dejó de tal periplo sus crónicas en “Paralelo 55° (Dietario de un confinado)”, de allí una cita profética que habla también quizás de su humildad: 
             “El tiempo es como un bolsillo en donde siempre debe guardarse algo. 
He guardado en él lo mío, sin pretender que mañana sea valorado como áurea pepita lo que no pasa de ser un simple guijarro.” 


Ver otras referencias biográficas (clic aquí)

Manuel Gálvez sobre Guillot.


Libros publicados
Heroísmo Civil
Historias sin Importancia (Cuentos y relatos) 
Cabildos coloniales
El alma en el pozo (Cuentos) 
La aventura del hombre (Teatro) 
El Vado (Cuentos) 
Terror. Cuentos rojos y negros
Paralelo 55° (Dietario de un confinado)