Por María Celeste Mendaro
Tomado de EL DIARIO Paraná, martes 2 de abril de 2002
Marcelo Leites nació en Concordia, en 1963. Editó un libro, El margen de la aldea, en 1992. Desde esa fecha coordina en Concordia talleres de lectura y escritura. Ruido de fondo es su reciente libro de poemas, del cual hoy se publican dos, dentro del pórtico denominado Hongos. No llevan título, sino sólo numeración romana.
En el prólogo de Ruido de fondo, el gran poeta argentino Leónidas Lamborghini dice que la poesía del entrerriano Marcelo Leites es "envolvente, densa, rigurosa", y que por si esto fuera poco, posee el sentimiento del mundo, al decir del poeta Ungaretti. En la contratapa del mismo libro, Jorge Montesino habla de una magia extraña como siguiendo con sus propios pies una música entrañable. En fin, que el libro es todo eso, y también una sensación de estar dividido en apartados muy diferentes en estilo, lenguaje y objetivos: La música perdida justificaría en sí misma un libro; lo mismo Hongos y Ruido de fondo. Y Poemas dispersos, nunca un título fue tan apropiado, pues reúne versos del color y el sabor de los otros tres apartados.
La poesía norteamericana de las primeras décadas del siglo se reúne, y dialoga en estos versos, con la del grupo beatnik, década del cuarenta, cincuenta, en cierta coloquialidad estudiada. Por otro lado, es imposible no resonar estas redes en Juan Laurentino Ortiz o en Juan Meneguín. Sus fox-trot, su música sugerente, su sintaxis con comas interminables. Tal vez sería bueno no esperar tanto para publicar estos poemas, para así ir como en círculos extendidos hacia la otra orilla: Pero aquí están estos versos tratando de hacer centro con piedras silvestres, cuarzos y estalagmita. No importa, vale el intento y se siente la fuerza, la tensión del brazo, el dibujo claro del arco hacia el centro del círculo.