POEMA SOBRE LA EXPROPIACIÓN DE ESTANCIA LA MECHITA

Poema sobre la expropiación de Estancia La Mechita y de la creación de Colonia Los Ceibos en el Departamento de Concepción del Uruguay, Pcia. de Entre Ríos, en la 1ra. Presidencia del General Juan Domingo Perón

a Aniceto "Cheto" Soria

 

Volvamos al patio alumbrado por la luz de tus palabras

al recitado de tus versos sobre mitos, historias y leyendas

que brotan como ceibos florecidos en la tierra de la memoria

mientras la oscura tropilla de la noche

 

galopa por encima de las criaturas del mundo

acá, en la falda de las cuchillas, a orillas del arroyo, anguilas y

bagres para el guiso, bajo el alero,

rancho de barro y paja que fuera un puesto de la estancia de cuan-

do eras peón

 

habla, como si la primavera fuera la única estación de la vida,

como si este puñado de cielo y de tierra hubieran sido siempre

tuyos, desde el pastoreo hasta el trabajo a destajo

 

tu madre, lavandera oficial de la estancia, se pasaba el día fregan-

do ropa ajena, y tu padre, el payador, aquel que cruzara el río

Uruguay, a la altura de Cupalén, perseguido por los milicos uru-

guayos, a nado, agarrado de la cola de su caballo,( Borges lo re-

cuerda en una milonga) cantándole a la peonada en fiestas cam-

peras, el que no aprendió a bailar, como vos, por no recular

 

habla, vos que nunca olvidaste tus orígenes, vos que siempre estuvis-

te orgulloso de tus batallas perdidas o ganadas y de aquella, la madre

de todas, si hasta me parece verte en el aire saltando la tranquera de la

estancia, para ir a votar como lo había pedido el Coronel

 

habías entendido que había otro mundo más allá de los alambrados,

uno, luminoso de justicia, libertades y derechos, donde los bonos

como paga por tu trabajo llegarían, sin dudas, a su fin

 

habla, también, de cuando, junto a otros trabajadores se reunie-

ron, en la escuelita rural, a desgranar la espiga de la reforma agra-

ria, haciendo flamear en lo alto la bandera de las luchas campesi-

nas sudamericanas, bajo la irrenunciable consigna zapatista: "la

tierra es de quien la trabaja"

 

ese día estaba aquel hombre de sonrisa amplia y palabra generosa

que se presentó como Raúl Scalabrini Ortiz, enviado por el Presi-

dente Perón (aunque siempre creíste que había sido Evita) para

verificar si eran tierras propicias para el agro, de ésto dependía la

expropiación

 

hubo resistencias, idas y vueltas, opiniones a favor y en contra,

había temor a quedarse sin trabajo si la cosa no se concretaba,

como dejó entrever la dueña de la estancia a través de sus capata-

ces y gerentes, hubo amenazas y hasta quienes abandonaron la

lucha por unos pocos pesos

 

pero el entusiasmo de la mayoría por liberarse del yugo de la ex-

plotación le puso el pecho a las balas del sometimiento y ya no

hubo vuelta atrás

 

tal vez Scalabrini vio en Uds, al hombre que está solo y espera,

por eso al volver a Bs. As. no le dijo al Presidente que solamente

el 75%de esas tierras servían para la siembra y que el resto esta-

ban ocupadas por arroyos, montes y lagunas, por lo contrario, le

habló de que eran las mejores de la zona

 

el Consejo Agrario Nacional también hizo lo suyo al señalar que

se necesitaban menos vacas y más cereales para mitigar las

hambrunas que dejara la guerra en el viejo continente y los con-

servadores en el propio territorio nacional

 

entonces, Perón,puso la millonaria y Scalabrini Ortiz volvió a

Concepción del Uruguay con un pan bajo el brazo: la orden de

expropiación de la Estancia La Mechita

 

nunca supiste muy bien si esas tierras eran de los Bunge y Born o

de los Blackie, igual, poco importaba, la suerte estaba echada, cantar

un falta envido con treinta y tres de mano

 

y llegó uno de los más luminosos días de tu vida

 

envuelto en una intensa polvareda se acercó aquel Ford A con los

funcionarios desde Concepción del Uruguay, mientras, bajo el sol

mesopotámico, esperaba en el patio de la escuela, una inquieta,

humilde concurrencia

 

"…El Estado Nacional dispone la expropiación de las tierras de la

estancia La Mechita, ubicada en el Departamento de Concepción

del Uruguay, Provincia de Entre Ríos, con fecha 23 de Diciembre

de 1948 y será el Banco de la Nación Argentina, quien se va a en-

cargar de la administración de lo que ahora en más se llamará Colo-

nia Los Ceibos y de los créditos, a 30 años, para la compra de las

parcelas y de toda herramienta necesaria para la explotación agraria

de las mismas, y en este mismo acto nombra al ingeniero Raúl

Scalabrini Ortiz para realizar los trabajos de agrimensura…"

 

¿no era lo que habías soñado durante tantas noches acostado so-

bre cueros de oveja o al calentarte los pies, en madrugadas de

ordeñe, en la bosta recién cagada de las lecheras?

 

"ese día -recordarías años más tarde con el humor de siempre-

festejamos con un gran estofado de liebre con polenta y unos

cajones de vino Marcelino en el patio de la escuela, gritando a

cada trago ¡Viva Perón, carajo!"

 

ahora habla de lo que vino después, de cuando dejaste de tener

patrón, de ese ahora de agua fresca del molino, de la casa de ma-

terial con techo de chapas, del arado de dos rejas tirado por caba-

llos, del pequeño rebaño de vacas y de ovejas, de las carneadas en

mayo donde era una fiesta el hacer chorizos, bondiolas y jamones,

del ordeñe y de los quesos, del pan saliendo del horno con toda su

sabrosura, de la asombrada niñez de los gurises, de tus amigos

con los que te sentabas en el patio a tomar una Lucera y a contar

historias fabulosas de bandidos rurales luego de sembrar tus sue-

ños en el surco

 

y habla, también, del orgullo que te daba presentarte: "soy de

Colonia Los Ceibos, pa lo que guste mandar"

 

Tomado de: Las patas en la fuente - Relatos y poemas sobre el peronismo - Ed. eneljardindelacasaderoman - Buenos Aires (2020)