“¿Qué es eso?”
pregunté a los poetas
era de madrugada, volvíamos borrachos
mi pantalón empapado por la cerveza de otro
“¿Qué cosa?“
“Eso” dije señalando un oído
–la primera vez ellos buscaron con la vista–
“Son las golondrinas”
llegan desde el norte, baten alas
y construyen un rumor parejo
dentro de los árboles
fabrican el ruido del exilio
pero no alcanzo a verlas.
El verde de las copasestá dividido
por la luz sepia de los focos
no me hace acordar a nada
pero escuchoy creo
entender el pulso de los objetos que me rodean.
A veces, en mi casa
me gustaría que el ruido intermitente
fuera el de las ranas
en una laguna más oscura que profunda
pero son grillos
o alarmas lejanas
o el motor de la heladera:
abro los brazos y entro en su aura.
De Sendero luminoso (Recovecos, 2013)