COMENTARIOS CRÍTICOS DE CARLOS ALBERTO ÁLVAREZ

Carlos Alberto Álvarez (Presentación de Cauce, Galería Fénix, Paraná, 11 de mayo de 1979)

 

De la presentación de “La luz vivida” (1981)

 

“Juan Manuel Alfaro es dueño de una manera propia, muy suya, de decirse, no de decir, que es otra cosa. Porque se puede decir con prescindencia del ser-que-se-es íntima y profundamente; pero nunca podrá alguien decirse como no sea jugándose la vida  (la propia) en cada palabra. El poema así llegado a ser se proclama y luce fruto de esa mismidad en que ser y palabra son indiscernibles.

 

Alfaro ha logrado ya un tipo de lenguaje poético que lo hace reconocible sin esfuerzo; tanto en su Cauce primero como en este ensanchado de La luz vividaque en los poemas mayores, a poco de su andadura, apresan al lector con el torrente salido de su cauce y derramado en profusa imaginería. (…)

 

(…) La poesía de Alfaro impresiona por el jugoso desborde verbal; desde algún tramo de la gestión poética el poeta controla las azarosas floraciones explosivas de un aparente delirio, de un gobernado entusiasmo. (…)

 

(…) Definiéndola con palabras de otras artes, debe reconocerse que la poesía de Juan Manuel –ya  enCauce y ahora en La luz vivida- en el fondo de su lenguaje expresionista por momentos e impresionista en el temblor de los climas que logra, siempre se reconoce enmarcada en el orden de lo figurativo, virtud nada común en un poeta de su edad y para una época como la que se está viviendo. (…)”

 

Carlos Alberto Álvarez (Presentación de La luz vivida, Galería Fénix, Paraná, 12 de marzo de 1982)

 

 

De la presentación  de El cielo firme (1985)

 

“El título puede valer por sí mismo; en este caso porque convoca, por mera oposición, a la frase hecha  que significa, de algún modo, la seguridad…

 

También puede valer como síntesis envolvente de la obra o el intento creativo que el volumen ha recogido.

 

De todos modos, de la una o la otra manera, el cielo firme es una bella mentira poética. Y eso sí que importa, decisivamente, porque mentir, es poesía y con poesía, es casi obligación del que escribe con la lengua de todos, pero en procura de un resultado individual, propio y sólo transferible a partir de la aceptación –por el lector- de un nuevo signo, doblemente arbitrario.

 

Yo quiero celebrar, en el libro que estamos acompañando, el bello título que, por encima de sus palabras, apunta hacia un modo de ser y de vivir –y, sobre todo, de crear- de un poeta que sabe muy bien lo que quiere hacer, lo que sabe hacer y, para fortuna de nuestras letras, lo que hace.

 

La tierra firme –a que aludimos al comienzo- es la certeza o la seguridad; en cierta medida, también la lógica, la razonabilidad, la conveniencia o la tolerancia; todo ello, la distancia del riesgo.

 

Juan Manuel Alfaro, poeta entero, bien que ya lo sabe, hace a un lado la lógica del común y se lanza hacia otras entendederas, desde la fuerza de su nacimiento en primera persona, con su tumulto de imágenes para cantarnos su andanza. (…)”

 

 

Carlos Alberto Álvarez (Galería Fénix, Paraná, 2 de abril de 1985)