DE LAS FIESTAS AJENAS Y DE LOS PROPIOS PESARES

De “Poemas eróticos y dos más”, 1987.

 

Esta noche es la noche de tu fiesta.

Dientes voraces aborrecidos dientes morderán la penumbra

de cedro de tu carne

y distinto de mí prolongarás la voz

hacia unos ojos iridiscentes y despiadados que te ofrecerán la prisa

salaz de la rapiña

y la distorsión del desencuentro.

 

Entretanto enjugaré mis paisajes empañados de lluvias agoreras

y de huesos desordenados

que configuran el artesonado de la muerte.

No sé qué razones de humo

ni   cuáles corazones de vino

con la espuma de mi amor editarán caricias balbuceantes y crueles

como las palabras de los niños.

 Pero ningún pensamiento supera esta distancia

y puedo solamente apostar a tu memoria de los besos

que nos dejaron pálidos y pendientes de un hilo de oro

bajo un sol de verano.