A mi hermano Alberto
“El tiempo es un bicho que anda y anda”
Julio Cortázar
Los frutos amarillos del paraíso y los bichitos de san antonio
forman un tren de colores sobre el suelo gris.
Viajo entre nísperos y nogales
hasta el patio grande de la infancia.
La siesta es un higo maduro
suspendido entre las hojas.
Se quedan las chicharras y su concierto
se queda el zumbido de las abejas
y queda la danza de las avispas y el camoatí
como se queda el verde de las langostas
y el verde de los sapos en el cañaveral.
Y hay temblores de colibrí que pasan
- aletean las flores rojas de la aljaba -
Pasan los gorriones sobre las azaleas
y sobre el limonero un benteveo pasa
y hay mariposas que también pasan.
Las hormigas abren caminos de tierra y pasan.
Los grillos abren caminos en el aire y quedan.
Pero en el parral hay un oasis de luz y sombra
donde el tiempo macera la sustancia de la tarde
y se añeja el vino de la historia.
- Hora mágica del atardecer
cuando la luz horizontal enceguece -
Hay algo escrito en las nubes que pasan...
Y se queda el dibujo de la rayuela en la vereda
y quedan todavía las piedras de la payanca entre las manos.
Y nosotros, ¿qué?
Bichitos de luz
con sueños entre las alas
escribiendo el guión de los días
leyendo las partituras de la noche.
Bichos que vamos hacia la luz atravesados por el tiempo.
Y para quedar y pasar
andamos y andamos...