Metros y metros de seda y terciopelo
telas caras
nada de la mesa de saldos
todo nuevo
todo de la mejor calidad,
carreteles de hilos de oro y plata,
máquinas Singer a pedal
de las viejas
nada de tecnología
todo de manufactura duradera
realista,
porque en el pasillo ya están esperando los clientes
con exigencias antiguas
Santa Águeda no quiere ropa al cuerpo
que delaten los senos cercenados,
San Juan Bautista solo necesita
el cuello de una camisa,
Santa Rita pide un velo
para tapar las cicatrices de su frente,
San Jorge reclama que le borden su capa
con escamas del dragón del rosal
y así todos los santos alzan sus puños
para remarcar sus pretensiones
mientras hago que el pedal de la Singer
avance más rápido
porque he quedado para vestir santos
y nada más,
colgando entre las túnicas beatas
están mis ilusiones
mis pedidos de caricias que nunca llegaron
he quedado para vestir santos
que se amontonan los domingos
en los pasillos de mi casa
y exigen a gritos un ruedo más corto
más a la moda
un escote más púdico,
y gritan y reclaman
hasta mi agotamiento
que ignora sus amenazas
después de todo
qué más pueden hacerme
si nunca cumplieron con regalarme amor.
Del poemario Un bosque de flores (2021)