De Donde baila la tierra (Antología).
Nosotros
los subdesarrollados
los subalimentados con ciertas hojas
y ciertas asperezas
los subamados, los subamantes
los subverdes
los subversivos y subabúlicos y subbellos
habitantes de esta tierra caliente
y ritual y tropical y metalífera
—y ríos de agua y ríos de semen
para abrevar a ciertos turistas «inocentes»-
que bailamos macumba y son y tangosón
y bóngoro y a veces
nos suicidamos lentamente bailando.
Que amamos de una manera ciertamente baja,
con amantes y amados muertos de crimen
pasional,
como se dice,
de hijos de indios, de hijos de italianos
de hijos negros, de hijos españoles
de hijos nomás que somos todavía
y no para siempre hijos que debemos ser.
Nosotros, los subverdes
los perfectos amantes latinos,
hermosos como látigos,
pero que no servimos para el «executive man»
que nos planearon.
A veces uno muere enfermo de ternura,
y sus huesos se agitan por el mundo
con sus escamas verdes, las llagas
de los pies
en el zapato,
entonces alguien dice: ese era de América,
de América del Sur,
pero sucede: el fuego que el salvaje
ha encendido por el mundo los ha vuelto
cenizas de repente.
(1969)