MIRO EL RETRATO…

 

Miro el retrato tuyo de cuando eras un niño

y ya también entonces se escapaba del saco

ese cuello rebelde de camisa barata.

 

Quisiera saber si ya tenías esa piel tan absurda de la cara

y esa bondad tan tuya, que te nace desde los dedos torpes,

si te ponías siempre las manos en la cintura

para mirar a lo lejos fanfarroneando,

si tenías estos zapatos rotos

y esta rotas medias negras

y el pantalón descansando arrugado en tus empeines rotos.

 

Sé que tenías la corbata mal puesta y un saquito de pana

y esos ojos tan francos

y esa leal dulzura que te sonríe en la boca.

 

Pero quisiera saber si ya entonces tenías

estos proyectos locos de dinero

y si alguien de tu casa

quería que tuvieras siempre la camisa planchada

y las uñas muy limpias

como ahora yo quiero.

 

Hombre rubio, extranjero,

ingenuo como un ángel

y limpio como un ala.

No hemos logrado que tengas bien hecha

la raya inquieta de los pantalones

las mujeres que estuvimos a tu lado,

pero has logrado decimos sin palabras,

que eres bueno como una taza de té caliente

en un atardecer de julio y viento.

 

Noviembre 17/942

 

De Poesías Inéditas;  Poemas II (1933-1943)

(De Ciudad -1937-1943)