Maestro de ciencias mágicas, en un lago secreto
limpio las manifestaciones de cada estación.
Con copas hechas con cráneos de calaveras
bebo el zumo dejado en las tumbas tocadas por las maravillas
entre resplandores de resecas tejedoras.
Poderes misteriosos, fuerzas vitales, carne de memorias
son la alianza que engendran el perfume de mi hechizo.
Por la luna sé el amor de las magnolias, el paraíso
naciente del rocío, la pandereta del grillo en primavera.
Mi país es un texto con hojas desveladas, con secos
ríos, con memoria de metales
donde viajeros extraviados hablan con su sombra
en los rincones del mundo.
Tengo el poder de todos los entierros que vienen
como perros domésticos a tirarse a mis plantas.
Mariposas, lluvias, leyendas, bosques, lencerías
del viento, me recuerdan historias antiguas.
Y con esa astronomía maduro los cielos.