DELE (SEGUNDA VERSIÓN)

Dándole al parche la tropa tamboreaba.  La caballada tierna y
asoleada.  Piso tembloroso el parche con viento cuentero abriboca.

Dándole nomás la costra arbolada dura de arrancar.  Piel y sarna.
Mosca tamboreada al sol crecido.  La fresca piel, ja. Y siempre
atropellado el viento crudo.  La bosta dulce, ajá.

Mierda al sol tierno y la caballada aguante.  Dale negro, tragate el
pucho encendido, costra de pan tierno salvado de la quema.

El agua mueve la pata quemada.  Luz, lazo al cuello.  Pulga pica más 
que sol  avispado. ¿Quién te puso la cabeza? ¿Quién manda tener pico?

Montar el catre cuatrero al lado del fuego, pura espuma’ e monte
tieso.  ¡Guay!  La lluvia lava los filos desparejos.

Chispa y tuna por ahí, ja.  Rascado catre arrastrado.  Un
balazo puma por encima’ el parche.  El agua se aguanta con muerte y
todo.

Lamer la sangre, atropellada flor traviesa.  ¡A pura huesa!

Explicación flotante: le di con el alma al corazón filo.  ¿Dónde
anda la que se ve viva?  A buscar se dijo.

El espinazo puñalea al galope.  La suerte toca el parche.
Muerte seca, secandrona.  A hueso suelto no lo entiende ni gusano
suelto.

Si el cuerpo es bocado, patas cuerpean, se arreglan solas.  Piedras
no empollan árboles.  La pulga se sumerge sin atrevimiento.
Y el fuego a la deriva, ja.

Al final orillas se apartan.  El parche se ensancha, gota que nunca
se quiebra.

 
De:   Roña criolla (Poesía, 1991)