AFLOJE

 

 

Pierna de ella, pierna de uno.  Piedra mironera.  Guay, piedras no
son piernas.  Piernas, puro moco al final.  Gota, peso de pesada
junto al alarido del monte que borra el viento.  Cuerpo perdido
tras el alarido borrado. ¡Meta!

Camina el agua, el moco lento, la piedra desmoronada, guacha y 
traidora.  ¡Mierda!  La garra se aguanta por el momento.  Hay vida.
La vida siempre se hace esperar.  Pero a la piedra le mandan ser
diente flojo.  No es cuestión de obedecer sino de aflojar nomás.

Pincelea la caricia lunar.  Un respiro.  El tiempo rengo.  ¡Nada
más traidor! ¡Fuera!  El tiempo que usa y abusa del agua y el
viento soplador.  ¡Hasta cuándo!  Y todos en la cuerda floja de la
intemperie nomás.  Techos no cuentean, mentirean.

Y el alma, ¡ay el alma! El alma pica, picotea y a veces arde…
Alma techo. ¡Ja! ¡Ay palomitay!  Puro consuelo en la aflojada.
Momentos pincelean ilusión. ¡Adiós luna!

Y el anzuelo pa morder de última.  Suela y mierda, anzuelo bocón
busca boca.  Consuelito, azúcar de la aflojada.  Los momentos, los
momentitos quieren armar el tiempo rompecabezas.  Las fogatas se
amansan al fin hasta la caricia.  A todo esto hay piedras que
aflojan.

Suelta y suelta cuando ya no hay nada que apretar ni lugar para
seguir cayendo.  Boca y ala que cuentea en el aire.  La cuerpeada
termina en tajo.  Y las piedras caen ya, ni arrimándose unas a
otras.  ¡A la soltada suelta!

Palabras tiñen, nada más.  Soltarse nomás donde no hay apretar
ni seguir cayendo.
Lenguas más atrás…Retroceder es el gusto.  Patalear en el abismo
piedrero donde siempre hay lugarcito para los agujeros sonsos y
secos.  Pedaleada en el aire cada vez más negro.

Voy hacia donde vengas hacia mí de nuevo.  A lo que vengas nomás.

Boqueando, gateando.  Nudo en el pescuezo es el tiempo guacho y
solitario.  Es el agua que entra en el azúcar.

Es el corto, el largo tiempo de vivir.  Y no hago pie de pierna.
Pierna y pierna suelta.

Agua, moco y sangre, secos al final.  La piedra, pierna suelta.  No
se sabe si es tapa o si destapa.

Piel, piela, pielo descansa.  Llama avanza.  Puño no se aguanta y
se abre.  Sombra, mano bajo las piedras caídas.

Pierna con pierna.  La piedra mironea hasta que se desmorona.  Viento
se tumba y moribundo duerme.  Siempre hay que empezar. 

 
De:   Roña criolla (Poesía, 1991)