- Ema…¿qué escribo en homenaje tuyo?
- Lo que quieras lástima que no lo voy a leer…
- Si querés te lo hago adelantado y lo lees.
- Y dale. Me gustaría mucho pero no me elogies mucho, queda mal si somos amigas.
- ¿Puedo decir todas las broncas que te han hecho pasar los políticos…?
- No, eso no, para qué vamos a darles ese gusto…nosotras dos no.
- Yo quisiera contar también tantas escenas literarias juntas…
- Mirá lo que tenés que decir es lo que signifiqué para vos. Nada más…
(Gualeguay, 5 de diciembre 2006)
Es muy difícil ejercer el oficio sobre la obra de una amiga a la que se admira, a la que se le debe mucha vida y. a la que uno quiere hasta contagiar .Pero en estos últimos años ella se pregunta en la intimidad y en entrevistas varias sobre su obra: “yo creo que en general no es valiosa” le gusta decir.. .”¿Vos qué crees?”.
Se podría comenzar diciendo que su vida-obra es como el umbral de una nueva relación entre la literatura, el campo literario y el contexto. Una obra que resiste las clasificaciones, porque justamente está pensando -como otros de su generación- que la literatura debía hacer algo más que objetos bellos, que debía desempolvarse de solemnidad, que debía resistir las vanidades. Ni objeto estético, ni denuncia social, ni ficción pura, ni documento . Un nuevo estatuto para la literatura y para el escritor. Resistencia a las fuerzas clasificatorias, al mercado que todo lo convierte en mercancía, a las reglas sobre la que se monta un sistema de injusticias y de hipocresías sociales y con ellas a las corporaciones literarias. En su larga vida (nació en 1914) su compromiso militante con el pensamiento de izquierda- cuando esta palabra significaba luchar contra las desigualdades – fue tomando diferentes barricadas.
Como una escritora resistente comprendió tempranamente y cuando no era usual - en palabras de Alain Badiou- que toda ruptura comienza para quien allí se comprometa, con una ruptura consigo mismo.. “Yo no soy barrandeguista “ le gusta andar diciendo . Resistiendo con su posición de autora de textos que son como acciones de radical e intima, violenta y reservada, necesaria y excepcional fuerza. (valen los seis adjetivos)
Cuando María Moreno la publica y la da a conocer al ámbito nacional desde una mirada queer, ella acepta el lugar con simpatía: “ahora soy una rara ”. Le da gracia que la resistencia siga encontrando nombres diferentes . Podría decirse que el silencio de los muchos escritores diferentes/ resistentes es parte de la escena autoritaria, y pacata argentina que no está dispuesta a llegar hasta el final en su explicación de los porqué de las violencias económicas políticas y sociales de nuestro país.
La obra de E.B. siempre fue valiente. Ella tiene la contra solemnidad propia de la estirpe de los que pueden ser llamados escritores. .
“Actualmente el artista parece examinarse a sí mismo bajo otra luz: comienza por no creerse tan diferente de los demás, apenas un escucha mas atento que los otros a los rumores del mundo, de su propio mundo y ¿por qué no?, de lo trascendente. No obstante, ¿Cómo escapar muchas veces tanto al vedetismo que hace sentir privilegiado como al rechazo social que impulsa el monólogo? Eso es justamente lo que el sistema propone al artista:el manoseo o la soledad” (Habitaciones)
Comparte con Ortiz, Mastronardi. Manauta , y Calveyra este jugar de or sai, ese toco y me voy en la centralidad de “la literatura argentina”. Esta muchacha provinciana de ojos bien abiertos, comparte con los estos entrerrianos el recurrir a los años de sus abuelos y de sus padres como fuente de una infancia que la sigue alimentando, una clara voluntad de anacronismo, un desenfado en el registro de la lengua y una relación amorosa con la naturaleza como salvaguarda de su intimidad y “ por qué no de lo trascendente.”
Ella como ninguno de los otros cuatros nombrados hace del espacio íntimo de la casa su recorrido vital y su operación literaria. Puertas, techos, andamios, ventanas, zaguanes, patios, jardines, habitaciones, dicen de las moradas de su espíritu, los vericuetos de sus dudas, las refacciones de la culpas , como si construir su obra fuera un imperativo para “asumir la vida y aceptarse” antes que una metáfora literaria:”sobre todo enternecerse sobre sí mismo, cosa importante y redentora. Justificarse”
Su obra ha sido leída en términos de rareza, de audacia, de resistencia al sistema, como documento socio histórico. De sus libros de poesía mucho hay que volver a leerlo porque pasan los años y esa entrañable relación de la palabra con la intimidad más cruel retumba cada vez mas fuerte. Recurre a la sencillez y al tono menor para lanzar una mirada lúcida hasta la crueldad, comenzando consigo misma, tal vez para diferenciarse claramente de los que se consideraba en su generación el sentimentalismo de la escritura femenina.
Su Crónica de medio siglo - que tanto me desconcertó - tiene pasajes que deben ser leídos en clave de clásicos. Habitaciones es sin duda una novela de pluma entrerriana que ya hizo historia y una obra que ocupará un lugar en la literatura nacional.¿Cual? Hoy está ubicada al lado de las mejores novelas de situación escrita por mujeres. Si EB fuera norteamericana se hubiese hecho una película con ese texto y ella rica.
Pero otro lugar posible de la obra de EM no es leer ese texto como central en el momento en que fue escrito -1950 - para entender todo lo que vino después (Enero de Sara Gallardo se publica en 1956 y esta novela sería una antecesora) sino como central en el momento de publicación 2003 . Es un texto que se resiste a ser literatura en el sentido que se le daba en el siglo XIX y XX , en donde se borran las distancias ente ficción y valor histórico, en donde definitivamente la moderna, burguesa y capitalista fórmula de autonomía del arte da su batalla final. Ella lo sabe bien ya en 1950 y dedica siempre en su obra – ya sea poética como narrativa- un espacio a romper la distancia entre lo literario y lo no literario. En 2003 ella platea nuevamente el problema de la ambivalencia, esa clave que Calvino intenta pensar en su multiplicidad para el próximo milenio.
“Pensaba que el empeño debíamos ponerlo los escritores en la revalorización de las palabras, para dar el sentido exacto de lo que nos conmovía. Esta debía ser la tarea vigilante de todo “destructor de mitos”, la única vigente para toda conciencia, la única que había quedado en pies a través de los años : la verdad, la raíz final de cada acto del hombre.¿Pero acaso en eso no estaban empeñados desde los primeros griegos? (Habitaciones)
La consistencia de su obra pareciera estar en hacer visible lo que todos queremos negar, en hacer liviano lo que otros consideran un mamotreto. Tal vez haya que buscar en el punto el punto de vista del autor. En su poesía como en la novela o el ensayo ( es bien visible esto en sus dos trabajos sobre Herminia Brumana) ella opta por ponerse como personaje protagonista o testigo comprometido pero no privilegiado de lo que narra. De ahí que sus paisajes exteriores como interiores tengan el coraje de asumir la ambivalencia de toda situación, desconfiando del realismo pretensioso, ironizando un existencialismo que se prodiga en proclamas públicas y en verdades absolutas.
De su ética tan ajena a las modas literarias y a las negociaciones del reconocimiento, podrían dar cuenta todos los que la conocen. De su distancia irónica, de su desenfado, de esas escenas que le gusta jugar con quien sabe seguirle el juego todos participamos.
Va una. : Estaban haciendo un documental sobre su vida . Ella estaba elocuente , controlando toda la situación y feliz como siempre y de repente : “ Ay! ¿Cómo se llamaban? ---Mi memoria ..Estoy vieja - la periodista con la cámara encendida comienza a inquietarse —¿cómo era que se llamaban esas hermanitas ? ..dilataba… y miraba fuera de foco buscando ayuda. - . “Estoy vieja…Esas hermanita que una escribía. …Ah! :. Las Ocampo!
Ema, esa lúcida temeraria, esa que enseñó lo que es ser decidida sin optimismo, está ahora rodeada de su hermoso jardín de época con el nogal con frutos verdes escoltando la oleofragans ya agotada, el limonero central, el ginkgo biloba un tanto más joven y la higuera que está a punto de caerse de tantas brevas que esperan enero , y entre las frambuesas que aún no llegan y las flores diversas, sus dos gatos esperando verla caminar con su bastón para salirle al cruce jugueteándola. Allí está y estará siempre Ema, rodeada de sus libros, sus cuadros , los diarios , sus notas desordenadas, sus cartas guardadas, sus amigos y los jóvenes de Gualeguay que la admiran y le dan una vejez feliz… Esperándonos a todos con su humor y su sarcasmo, haciéndonos la vida más tolerable y el verbo morir intransitivo.
“ Estuve recordando también el tapial antiguo del patio de Emma.
Viste que hay un tapial de ladrillos delgados y asentado en barro con unos inserts de ladrillos atravesados a la hilada (como tapando viejos huecos, puertas o heridas, no se) y después sigue un tapial más nuevo asentado en mezcla, tapial proletario peronista o post peronista. Pensé que el tapial antiguo es el que está más cerca de la casa.” Escribe Pancho Druetta de su jardín, y quizá su tapial sea un buen escenario para recorrer el complejo, contradictorio, superpuesto y siempre conmovedor espacio de la literatura argentina llamado Ema Barrandeguy.
Claudia Rosa, directora de la Sede Paraná de la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (ETER), es master en Educación. Obtuvo su título en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) luego de presentar una tesis final dirigida por Nicolás Casullo. Es profesora de Castellano, Literatura y Latín. Se desempeña como docente en la UNER y en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). Entre otras, tiene a su cargo cátedras de Semiótica, Análisis del Discurso y Procesos Culturales Latinoamericanos y Argentinos. Es autora de “Poética e Ideología en la Obra de Carlos Mastronardi”. En 1985 recibió el Premio Fray Mocho, en la Categoría Ensayo; y en 1996, merced al trabajo “Scherzo del Centenario”, fue distinguida con el Primer Premio Nacional de Ensayo Juan L. Ortiz por el Banco Mercantil Argentino. Trabajos científicos de su autoría han sido incluidos en publicaciones Universitarias, al tiempo que ha escrito artículos de divulgación, análisis cultural, crítica literaria y comentarios bibliográficos en diarios y revistas.
La profesora Rosa dictó numerosos cursos, conferencias y seminarios organizados por universidades, instituciones oficiales, organizaciones científicas y entidades literarias. Además ha sido coordinadora de edición de “Obras
Completas”, de Carlos Mastronardi, en la Universidad Nacional del Litoral, entre otras publicaciones.
Además de ser su directora, en ETER Paraná dicta la materia Expresión Oral y Escrita.