Poema que vuelve: Laura Germano

 

 

Por Victoria Palacios | Ilustración: Rocío Katz

 

Laura Germano nació en Basavilbaso (Entre Ríos) en enero de 1949. Reside en Ciudad Jardín, Partido Tres de Febrero (Buenos Aires). Desde 1991 al 2000, editó y dirigió la publicación EntreverArte que circuló por varias provincias y editó a autores de Buenos Aires y del interior. Durante estos años, su casa fue taller, corresponsalía y charla-café constante con poetas y artistas. Ensayos, reseñas y notas de presentación labradas con generosidad fueron el centro de su trabajo en esta revista junto a Raúl Remigio Vargas, su compañero de vida, también poeta. En el año 2003, publicó el ensayo Emma Barrandeguyuna poética de la seducción por ediciones baobab que visibiliza la irrupción de la poética de la autora entrerriana. 

El modo de decir de Laura, su hacer poético, se potencian en la nouvelle Estación Basavilbaso, publicada en 2008 en una cuidadosa edición de la autora. Entre otros reconocimientos, fue declarada de interés municipal por la Municipalidad de Basavilbaso. De este año, también será el espacio de lectura de Literatura Argentina “Los Nuestros”, en el contexto del Bicentenario que dirigió y coordinó hasta marzo del 2013 en la Biblioteca Popular Ciudad Jardín.

Sus formas de habitar otras enunciaciones, en un trasvasamiento paradigmático de los géneros, puede verse también en la nouvelle Los de la casa grande, publicada en el 2013 por Ediciones Casa de Papel y en el ensayo Alfredo Veiravé: intertextos y contextos por Ediciones del Clé, que entre otros encuentros del goce poético, finaliza con una carta de la autora a Veiravé.

En el 2017, publicó Historia de la primera ciudad jardín de Latinoamérica: Ciudad Jardín Lomas Del Palomar (1943- 1963), ensayo de investigación que se destaca por la recuperación de documentos históricos y fotográficos sobre su fundación y modo de vida inicial. Su segunda parte es de próxima edición. En el 2016, recibió el Premio Acatref 2016, Letras por la trayectoria cultural en el Partido.

Entre sus trabajos no publicados, es de destacar el ensayo acerca de la poesía de Miguel Ángel Federik: Dos poemas, dos niños (que puede hallarse en la página de autores de Concordia), Mujeres enojadas, cuentos; Con las patas curtidas, teatro; y Punto hilván, libro de poemas, que reúne la producción incansable y deliciosa de esta autora que tenemos el gusto de compartir en nuestro querido Poema que vuelve.

Aquí tres poemas y uno especial, desde el que Laura mira hacia atrás, como en la foto, de quien ya es presencia, en un tiempo otro, hacia adelante y hace una torsión, no sin esfuerzo, a su pasado:

 

Punto hilván

 

A esta hora pareciera

que el habla suspira desde el fondo de la tarde

descansa el habla

en el azul Santa Lucía que se cierra

Y yo quiero tocar ese lugar

en que un rumor de árbol hilvana los segundos

quiero hacer palabra en ese hilván

pero el sonido

se deshace

 

Si el poema

 

Si el poema llegara, si pudiera alcanzarlo

en él

subiría a un tren de caoba y vidrios biselados

dejaría que el río nuevamente

envuelva mi cintura

y en la arena posaría

para aquel fotógrafo de guerra

venido de París

 

Si el poema llegara

en él

coleccionaría girasoles

 

Si el poema, si pudiera

recorrería antiguos pueblos olvidados

en el sulky de Walt Witman

sembraría trigo y paz

uvas y perdón

 

En el pico de palomas mensajeras

 

Hay un tiempo en que maduran las manzanas

las frutillas, las naranjas

Y hay un tiempo

en que nosotros maduramos

entonces

atentos a los leves movimientos de la brisa

sospechamos

Sospechamos que el poema

es un miedo

que asoma en el pico de palomas mensajeras

o la punta de un anhelo que comienza a germinar

 

Carta para Horacio

                       a Horacio Irigoyen, amigo inmenso

                       en memoria

Te llamé a las once de la noche

Me dijiste

te cuento los últimos acontecimientos

mamá nos pidió que la despidiéramos de sus amigas

después se despidió de nosotros

pidió la visita del cura, rezó con él

y dijo –ahora ya me quiero ir

 

Te imaginé muy triste

velando el sueño de una madre que ya se había ido

Celebré su bondad

pensé en la casa, tu casa enorme

en la que siempre se estaba bien

ese mundo que tu madre Aurora

construyó dentro de este mundo

Esto es la vida, me dije,

construir una casa generosa para ser feliz.

 

Tomado de: Agencia Paco Urondo.