ESCRITOS
El placer de leer, el placer de escribir y de crear, el placer de hablar por hablar o el deseo contra (o sobre o alrededor de) la necesidad, es decir:
La Literatura
- Todo lo que no sea “Alcánzame la ropa” o “Prohibido fumar” o “Presentarse con documentos de 9 a 13” o “Camine tres cuadras y en Callao se toma el 60”, es decir, todo lo que no sea pedido u orden dictada por la necesidad de supervivencia o por razones de orden, seguridad o arbitrariedad, se llama literatura. Como la literatura contraviene la necesidad inmediata, conviene definirla de entrada por lo que no es.
- Por lo tanto, la literatura sería la creación dictada por el placer o, si se prefiere una metáfora, la hija del deseo. O sea, lo que supera, excede o infringe la orden o el orden, o la voz de la necesidad. En otras palabras, el deseo de crear un momento, un tiempo que supere, contravenga o se escape del tiempo utilitario.
- En síntesis, la literatura la hacen todos sin distinción, en cualquier momento, dentro y fuera de la página, buena o mala, oral o escrita, no interesa. La literatura ha existido antes de la escritura y seguirá existiendo también fuera de ella.
Lenguajes
- A diferencia de la música, la literatura usa el mismo lenguaje de la necesidad, pero lo usa de otra manera, en un tiempo diferente del de pedir pan para saciar el hambre o una frazada para protegernos del frío. La más pequeña infracción a esa forma mendicante o policial de la comunicación es el germen o el comienzo de la literatura o, si se prefiere, de la poética: todas las artes.
- Las artes plásticas usan su propio lenguaje, precursor de la escritura, y apartado de ella a condición de representar la realidad “tal cual es”, la inmediata, la de la necesidad. La pintura, es cierto, ya ha infringido esa imposición. Pero la música nunca ha podido representar esa realidad, aunque se lo proponga. El lenguaje musical tiene sentido por sí mismo. No fue inventado para representar sino para gozar o para la comunión o relación con el más allá, es decir, con lo que no está en el tiempo utilitario de la comunicación por razones de necesidad, orden, seguridad.
- En suma, todas las artes (salvo la música) con lenguaje compartido o no, fueron creadas o forzadas a representar la realidad, olvidando o ignorando, menos mal, que la realidad sólo existe a través del lenguaje. Al menos para nosotros, la realidad comenzó cuando alguien pudo articular o expresar en un lenguaje elemental y comunicarse con otro para decirle algo así como “¡mirá eso!” o algo aún más primitivo.
La literatura-literatura o la desacralización
1. Las literaturas orales históricas: Homero, Sócrates y los presocráticos, Cristo, Mahoma, El Khabir, etc., terminaron en libros sagrados o profanos. La literatura oral paranoica, la del orden y la seguridad en nombre de la supervivencia y la necesidad, terminó también, en libros directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, al servicio del poder. La Historia misma se ha escrito y se escribirá para justificar un sistema de poder.
2. La literatura-literatura, creación occidental, europea para más datos, es el resultado de una desacralización. De los emisarios de los dioses de la creación colectiva y anónima se pasa al autor-individuo. Así, emancipando al lenguaje del contexto, se llega a la institucionalización de la literatura. Lo que en un principio se decía o se recordaba en verso, precisamente para acordarse mejor porque no había libros: sagas, leyendas, epopeyas, romans, etc., da lugar, con el transcurso de los siglos y con la aparición del libro, a los géneros literarios actuales.
El habla cotidiana se expresa en verso —no rimado, desde luego— que generalmente se rige por la respiración y es frecuentemente octosilábico. La prosa o narrativa rompe con el lenguaje oral cotidiano y puede contravenir libremente la respiración porque está escrita y, por lo tanto y además, ya no necesita de la memoria colectiva. No olvidar que la prosa nace con la escritura y con el libro. Desde entonces se supone que la vida, que la realidad, es “prosaica”, es decir, que está más cerca de lo real, que es más verdadera que la poesía, descendiente directa de la literatura oral.
ALGUNAS PROPUESTAS PARA UN DIÁLOGO CON LA CRÍTICA
Dilema
La crítica: ¿estética operativa o sistema autónomo que utiliza a la literatura como combustible para su gimnasia formalista?
Literatura fantástica
Invento puramente borgeano que intenta quitar toda peligrosidad a la literatura y genera disparates como Kafka fantástico, Maupassant fantástico, el Corán fantástico, etc., etc.
Invento unitario como si Buenos Aires no fuera una región más del país. Con el mismo criterio, Faulkner, Cadwell, Carson Mc Cullers, por ejemplo, serían escritores regionalistas norteamericanos. ¿Qué tal?
Género estrictamente rioplatense, falso de toda falsedad, promovido por los terratenientes y los gringos ávidos de color local.
Picaresca
Género típicamente español. ¿Acaso los personajes de Gombrowicz pertenecen a la picaresca?
Humor-humorismo
Equívoco interminable que lleva a confundir a Macedonio Fernández con Payró o Landrú.
Caballo
No tengo por qué quejarme. Las críticas de mi novela La piel de caballo fueron, casi todas, tan elogiosas como despistadas. La sola palabra caballo predispuso a todos a leer una obra gauchesca (!!). Después, desconcertados, se dedicaron a buscar un referente a la desesperada. Fueron mencionados así: Céline, Faulkner, los escritores duros norteamericanos, las series negras de TV, la gauchesca, la picaresca, el sainete y las leyendas antropológicas... (??) Nuestros críticos parecen estar convencidos de que todo escritor argentino es un copión y un colonizado. Según ellos, todo viene masticado en los libros traducidos y aquí sólo se puede copiar o parodiar.