PIOJA

Rezongado rezongo de palabra renga.  Pelo y barro.
La horca…limpita.  La horquilla puñalea seis veces por
 vez. Puñaladas finas, bien clavadoras…¡Y a la puña!

Arado entierra y desentierra.  Peine grueso y fino, suave y
liendre, piojo nomás.  No saltona pulga.  Roña y sangre.  La piedra 
aguanta, aguantaraz.

Madera, ¡ja!  Madera y avispas clavadoras.  Una siesta basta.
¿Seguro?  La carne sin revés se las arregla.  Cae una gota loca.

Dos, tres…A la baba nomás mientras el río corra.

Los huesos mentirosos se desencajan.  Cris, cras…Pura agua
colonia.  Pelo, pelambre, pelambruna.  ¿Dónde hervir el huesito 
salvador?

Puta, puta calandria.  Avispa del chajá.  Mancha que se borra al
despertar.  Cae el pelo, uña caída, cherubichá.

Al chajá montero lagunas le sobran.  Al diente por diente las
lomitas.  Orilla amarilla y negra.  Nunca bien te veo.

Vidrio pelo, vidrio en los ojos, polvareda.

Filo contrafilo y punta.  Coleteando en la atmósfera.  Ladridos.
Burro empacado.  Burro lengua’ e sal.  Sapo bronceado bronce.
Sopa alharaca.  Tuna.  Liendre lisita.  No hay peine pal pelo
que arde nomás.  Huracaneados vamos, aplanados todos.
¡A la que vuelve y no vuelve! Polvo empiojado.

La miel de los pelos arde.  El sapo se revuelve.  Dientes no se 
animan.  La horquilla se queda guacha.

El galope saltea el diente que falta.  Cigarro que se apaga al sol, el
agua mansa sabe que va al muere, pero se olvida. 

Al fin se apagan las miradas.  Viudas o brujas seguirán
mirando.  El que afloja de mirar es diente suelto.  La piedra es
piedra.  ¡Y adelante!

Fuego que pasa de largo también se olvida.  Rata nomás, rata
ciego y sorda.  Memoria.  Hasta el cuchillo lagrimea.  A la
larga afloja.

Orillas no son labios.  Siempre se apartan.

Y a la última sombra se la comen los cuervos por arriba y los
piojos por abajo.  ¿Se acabó la negrura?   Puro cuento.

 
De:   Roña criolla (Poesía, 1991)